¡Feliz día un domingo más! Hoy traemos con Isabel un tema esencial y que tenemos que volver a traer a nuestras vidas. Hablaremos de la atención plena, qué es, cómo practicarla y cuáles son sus beneficios. Esta práctica suele venir acompañada de muchas dudas al respecto.
Qué es la atención plena
La atención plena puede extrapolarse a muchas áreas de nuestra vida, desde el trabajo, hasta cocinar, dar un paseo… Pero cuando hablamos de atención plena o de mindfulness nos referimos a la capacidad que tenemos para estar en el presente, en el momento que estamos viviendo de manera plena.
“La mente va más deprisa que la vida. Practicar atención plena es acompasar nuestra mente a la vida”
Practicar el aquí y el ahora
A veces nuestra mente se va a otros lugares, al pasado, o anticipa cosas que tienen que pasar. Se llena de preocupaciones, de pensamientos en bucle, de las obligaciones y la rutina. Entramos en el torbellino del hacer y no paramos. Y, precisamente, la atención plena es poder parar y sentir el aquí y el ahora. Pero esto no significa que no podamos pensar en el pasado o en el futuro. Podemos focalizarnos en el futuro enfocadas al presente.
Meditación guiada mindfulness y atención plena
El mindfulness es conciencia plena e inglés, ser consciente de lo que estamos viviendo, como la atención plena. Pero a veces se confunde con la meditación. La meditación tiene su origen hace miles de años en la meditación budista, en la meditación oriental. Esta tradición milenaria del mindfulness basa sus pilares en la meditación, en estar en el momento presente.
Un médico estadounidense quiso tratar en los 60-70 a pacientes con dolor crónico con este tipo de meditaciones para no tratar de luchar contra su dolor, sino desde la aceptación. Creó un programa que acabo de occidentalizar el concepto de mindfulness.
Prácticas de atención plena
Pese a que tengan relación y compartan orígenes, la meditación no es necesaria para practicar la atención plena. Podemos hacerlo por dos vías:
- La práctica formal: con meditaciones de muchos tipos. Aunque el origen sea budista no tienes por qué incorporar aspectos espirituales o religiosos. Solo si quieres. Se practica de la forma que más solemos imaginar: sentadas, atendiendo a la respiración, que es lo que nos ancla más al presente.
- La práctica informal: es lavarte los dientes ¡lavándote los dientes! Salir de la multitarea y dedicarte 5-10-15 minutos a ti.
En este enlace te dejamos 10 ejercicios para practicar la atención plena.
Beneficios de la atención plena
Los beneficios tienen que ver con parar el torbellino. Vivimos en modo hacer, pero el primer beneficio que nos otorga la práctica de atención plena es vivir en modo ser. Ir con mente de “principiante”, es decir, apreciar lo que tenemos y dar las gracias.
Cuando vivimos de forma frenética aparecen en nuestras vidas la depresión y la ansiedad. Aunque hay diferencias entre la ansiedad y la depresión, ambas se pueden beneficiar de la atención plena.
Los pensamientos intrusivos y en bucle que tanto afectan en la depresión también van a verse reducidos, además de que podremos alcanzar un mejor autoconocimiento y potenciar la inteligencia emocional, que también mejorará nuestras relaciones.
El estrés emocional, una afectación con consecuencias en nuestra salud física, puede reducirse. Al unificar mente y cuerpo evitaremos llegar a que el cuerpo tenga que expresar y comunicarse a través del dolor para avisarnos de que algo va mal.
Liberar la presión
Nos olvidamos de que somos humanos y la vida son otras cosas. El día pasa acelerado, empalmando actividades y obligaciones y llegamos a la noche dándonos cuenta de que no hemos conectado ni hemos tenido un momento para nosotras. Las consecuencias del estrés laboral, etiquetas y autoexigencias pesan mucho sobre nuestro hombros.
La sociedad espera de nosotras una gran productividad. Pero tenemos la capacidad de volver a nuestro centro, ya lo hacíamos cuando éramos pequeños y podemos recuperarlo.
“Confundimos ir liadas y no tener tiempo con el éxito”
No tengo tiempo de practicarla
Es algo que muchas veces nos decimos. Hace años se hizo un experimento en el que un violinista profesional tocó en el metro. Solamente una persona se paró realmente a escucharle, y fue porque le había reconocido de verle en obras. El resto seguro pensó que no tenía tiempo. Y ya no solo hablamos de tiempo para esto, sino para ver una puesta de Sol, para escuchar a los pájaros.
Tenemos que empezar a parar un poco más y escuchar la música de la vida. Siempre hay cosas bonitas a nuestro alrededor.
Cómo empiezo a practicar atención plena
Hay que empezar con pequeños pasos, objetivos alcanzables. No podemos empezar con una meta muy ambiciosa porque lo vas a dejar de lado pensando que es una mierda. Empieza 5 minutos al día. No es necesario que sea meditando, solo con estar presente en lo que estás haciendo: un paseo, ducharte… Prestando atención a las sensaciones, afina tus sentidos. Huele el champú, nota el tacto en tu cuerpo, atiende a los sonidos de la naturaleza… Aprovecha cosas que haces en tu rutina para empezar a practicar la atención plena.
El sentimiento de abundancia y de gratitud te espera. Vivir con todos los sentidos hará que tu tiempo se estire y que guardes todas las experiencias maravillosas que suceden en tu día a día.
Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify, Ivoox y en Itunes eso nos ayuda a crecer.
¡Un abrazote!