Como todos sabemos, a veces es difícil mantenernos enfocados y productivas en nuestro trabajo o estudio. A menudo nos encontramos distraídas por distintas tareas o responsabilidades, lo que nos hace perder el tiempo y no avanzar en nuestros objetivos.
Sin embargo, hay varias estrategias y consejos que podemos seguir para mejorar nuestra productividad y lograr nuestros objetivos.
Establecer metas claras para una mejor productividad
Establecer metas claras es fundamental para mejorar nuestra productividad. A menudo, nos encontramos con tareas o proyectos que parecen interminables o que no vemos el final. Sin un objetivo claro, es fácil perder el rumbo y caer en la procrastinación.
Por eso, es importante que sepamos exactamente qué queremos lograr con cada tarea o proyecto. Para ello, es recomendable utilizar el método SMART: metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y temporales.
Una vez que tenemos claro nuestro objetivo, es esencial que lo escribamos y lo tengamos siempre presente. Esto nos ayudará a mantenernos enfocadas y motivadas.
Además, es importante dividir nuestras metas en tareas más pequeñas, para que sean más fáciles de alcanzar.
Organizar bien el tiempo
Nuestro tiempo es una de las principales claves para mejorar nuestra productividad. Aquí te doy algunas ideas para lograrlo:
- Establece un plan diario: Antes de comenzar el día, es importante tener un plan de lo que se va a hacer y en qué orden. Esto nos ayudará a saber en todo momento en qué tarea estamos trabajando y cuál es la siguiente.
- Priorizar tareas: Es importante saber cuáles son las tareas más importantes y urgentes, y dedicarles el tiempo necesario. Así podremos evitar distracciones y procrastinar menos.
- Aprovechar las horas del día: Cada persona tiene un ritmo diferente, y es importante saber en qué momentos del día estamos más productivas. Si eres una persona con más energía por la mañana, aprovecha esas horas para las tareas más importantes y requeridas. Si eres más productiva en la tarde, organiza tu día en consecuencia.
- Establecer rutinas: Establecer rutinas en nuestro día a día, nos ayudará a tener una mejor organización del tiempo y a ser más productivas. Por ejemplo, dedicar una hora al día a revisar correos electrónicos, otro espacio para las tareas administrativas, etc.
- Aprovechar las tecnologías: Existen diversas aplicaciones y herramientas tecnológicas que nos ayudan a organizar nuestro tiempo de manera eficiente. Puedes investigar y utilizar algunas de ellas para ayudarte en la gestión de tu tiempo.
Recuerda que la organización del tiempo es clave para mejorar nuestra productividad, y es importante encontrar la estrategia que mejor se adapte a nuestra forma de trabajar.
Tomar descansos regulares
Tomar descansos regulares es importante para mejorar la productividad, ya que nuestro cerebro necesita un tiempo para descansar y recargar energías. Si trabajamos sin parar, nuestra mente se cansará y perderemos la capacidad de concentrarnos y tomar decisiones eficaces.
Es recomendable establecer una rutina de descansos regulares, ya sea tomando un descanso cada hora o cada 90 minutos, o programando una pausa para el almuerzo.
Durante estos descansos, es importante alejarse del trabajo y hacer algo relajante, como tomar un café, dar un paseo o practicar yoga. De esta manera, volveremos a nuestro trabajo con una mente fresca y con una mayor capacidad de enfocarnos y ser productivas.
“La perfección es la enemiga de la acción”
Aprende a poner límites y a decir que no
Un punto adicional para mejorar la productividad podría ser el de establecer límites y aprender a decir “no” cuando sea necesario. A menudo, nos vemos atrapadas aceptando tareas y compromisos adicionales que realmente no son necesarios o no son prioritarios, lo que puede desviar nuestra atención y reducir nuestra capacidad de ser productivas.
De la misma manera que aplaudimos los éxitos, conviene entender que no siempre vamos a llegar a todo lo que nos propongamos y que no siempre alcanzaremos, en definitiva, una productividad deseada, pero esto también forma parte del proceso. En esas ocasiones, presta atención a los términos en los que te estás hablando, y procura no flagelarte con la culpa o con la sensación de fracaso.
Date permiso para bajar el ritmo, para escuchar tus verdaderas necesidades en ese instante y para recordar que no tienes que ser siempre la versión “supermanizada” y eficaz de ti.
Mejorar la productividad también va acompañado de la capacidad para ser flexibles y para reparar en que darse permiso para no avanzar es, a veces, un gran progreso.
He leído cómo mejorar la productividad, y me ha gusta mucho, voy a poner en práctica todo lo se dice, muchas gracias por el trabajo que realizáis.
¡Gracias Cristina! Nos alegra que te haya gustado 🙂 Ya nos contarás qué tal ha ido poniendo en práctica los consejos. Un abrazote grande