Llega septiembre y con él muchas personas guardan la toalla de playa y vuelven al trabajo mientras su mente contempla aún aquel paisaje, sigue en aquel viaje o en la terraza de aquel bar con sus seres queridos. Volver a la rutina no es fácil y por eso en esta época muchas se preguntan qué es la depresión postvacacional. ¿Existe realmente? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Cómo se gestiona?
Qué es la depresión postvacacional
Lo que comúnmente llamamos depresión o síndrome postvacacional no es un trastorno psicológico ni una enfermedad. Es un proceso natural que aparece cuando en nuestra vida suceden cambios lo suficientemente relevantes como para que nuestro cuerpo y mente necesiten un tiempo para adaptarse.
Una separación, el estrés laboral que implica un nuevo trabajo o una mudanza serían algunos de estos ejemplos que, como el final de unas vacaciones, conllevan un cambio en nuestra vida y requieren tiempo para recolocarnos. ¿Tendríamos entonces que usar conceptos como síndrome postmudanza o depresión postdivorcio? No, porque estaríamos patologizando reacciones y emociones naturales en el ciclo vital de cualquier persona.
¿Cómo sé si tengo depresión después de vacaciones?
Ahora bien, no olvidemos que volver a una rutina que nos hace infelices, que no es coherente con nuestras pasiones, aspiraciones y valores, puede ser un detonante de muchos problemas de salud. Por desgracia, es común sufrir crisis de ansiedad o depresión debido a la vuelta a una normalidad que te está destrozando por dentro.
“El síndrome postvacacional no es un trastorno. Es un proceso de adaptación natural”.
Los factores que determinan un diagnóstico clínico de síndrome, depresión o ansiedad van más allá de un conjunto de adaptaciones desagradables de nuestro cuerpo y mente para recuperar el ritmo.
Por lo general no tiene por qué resultar excesivamente problemático, pero si observas que tu malestar se alarga o es excesivamente invalidante, no dudes en pedir ayuda. Consulta con una profesional de salud mental y busca el recurso que mejor se adapte a lo que necesitas para tu bienestar.
Origen de la depresión postvacacional
La sociedad capitalista e individualista en la que vivimos pone el peso de los males del siglo XXI sobre nuestros propios hombros. Es necesario cuestionarse de dónde viene tanto malestar. El problema no está en ti, no es tu culpa que este cambio te afecte.
Desde aquí vemos tu dolor y comprendemos que puede ser un periodo difícil para ti. No lo estás haciendo mal, lo estás haciendo lo mejor que puedes. En un sistema que te pide estar al 100% y sin frenos las consecuencias del estrés laboral son más que evidentes.
Felicidad obligatoria en vacaciones
En verano, en Navidades y en otros periodos de vacaciones la norma implícita es que debemos ser felices. Todo tiene que ser maravilloso, perfecto. Tiempo de desconexión, de hacer decenas de planes, de crecimiento, de tranquilidad.
Ponemos infinitas expectativas en las vacaciones, que se acaban convirtiendo en un infierno. Pero el malestar no se toma vacaciones y la presión de sonreír y del “debo estar bien” aumentan nuestro sufrimiento.
“La salud mental no se toma vacaciones. No te fuerces a ser feliz y a sonreír si no lo sientes”.
Del mismo modo, si vemos que alguien sufre lo que llamábamos depresión postvacacional, intentamos evitar ese dolor. Es importante abrazar y aceptar que las cosas pueden ir mal. Respetemos nuestros tiempos y el ritmo de los demás.
Consecuencias después de vacaciones
Conocer cuáles son las consecuencias de volver de las vacaciones te ayudará a identificar si lo que te sucede tiene que ver con el síndrome postvacacional o si va más allá.
Ten en cuenta que al hablar de naturalizar no nos referimos a conformarse con la vuelta a una vida que no te llena y deseas cambiar, sino a aceptar sin culparte que, durante un par de semanas, sentirás cambios incómodos debido a la readaptación a la rutina.
Alteraciones en hábitos de sueño y alimentación
Cuando en nuestra vida hay cambios lo primero que puede verse afectado son dos componentes esenciales en nuestras vidas que precisan de una buena rutina y hábitos: el sueño y el apetito. Pasar del ritmo de vacaciones al laboral puede desajustar las horas de descanso, generar insomnio, somnolencia durante el día y pérdidas o aumento del apetito.
Estado de ánimo bajo
Es frecuente también sentir tristeza. Puede que no tengas motivación suficiente ni entusiasmo para hacer las cosas del día a día (apatía). Durante unos días quizá te cueste experimentar satisfacción por las cosas que antes disfrutabas (anhedonia).
Irritabilidad
Puede que sientas más agitación y nervios e incluso que te enfades con más facilidad. Ten en cuenta que vienes de un periodo probablemente más relajado, sin obligaciones ni fechas de entrega, por lo que al volver a un ambiente con presiones la adaptación no será inmediata y generará irritación.
Malestar físico
Junto al cansancio puede haber dolores musculares y fatiga. En relación con la irritabilidad y a un estado de ansiedad o alteración puede haber un aumento de la frecuencia cardíaca y desajustes gastrointestinales.
Alteraciones cognitivas
En conjunto, este malestar, falta de motivación y dolencias físicas, sumado a los recuerdos de unas semanas anteriores más felices y el deseo de estar en otro lugar, puede generar dificultades de atención y concentración.
Consejos para superar la depresión después de vacaciones
Como ya sabes, la depresión postvacacional no es una enfermedad, por lo que no requiere tratamiento ni cura. Es un proceso que, de manera natural, se regulará.
Sin embargo, no deja de ser una respuesta de autocontrol emocional que podemos aprender a gestionar con más facilidad, por lo que a continuación tienes algunas recomendaciones para hacer más llevadero el periodo de adaptación.
Vive el momento presente
Tanto para bien como para mal, intenta vivir tu realidad sin huir de ella. ¿Estás sufriendo durante o después de vacaciones? Comprende que al empezar será difícil. No te exijas más de lo que puedes hacer ahora.
Date permiso para estar mal. El dolor cesará.
Obsérvate con cariño y con ojos realistas. Escucha tu dolor, dale la importancia que merece. Sé consciente de qué sucede dentro de ti y pregúntate:
- ¿Cómo me estoy sintiendo? Identifica y nombra tus emociones.
- ¿Hay algo que me incomoda o me hace infeliz?
- ¿Qué deseo cambiar en mi vida?
- ¿Qué necesito y qué no necesito?
Regula tu rutina progresivamente
No pretendas cambiar tus hábitos de sueño radicalmente de un día para otro. Por ello, será esencial que no olvides seguir rutina sana durante las vacaciones: para ello puedes seguir los consejos de nuestro artículo hábitos de autocuidado para el verano.
Además, unos días antes de empezar a trabajar es importante que vayas recuperando los horarios de alimentación y descanso más adecuados para ti.
Organízate
No vuelvas de vacaciones un día antes de empezar tu rutina de nuevo. Vuelve con unos días de antelación para poder organizar tu agenda, objetivos, prioridades y, sobre todo, para planificar una rutina donde incluyas actividades placenteras y de autocuidado. Es importante que puedas conservar y demostrarte que sigues teniendo tiempo para ti.
No te automediques
Recuerda que el síndrome postvacacional es un proceso natural y cesará. Evita tomar fármacos sin prescripción o sin la recomendación de tu especialista en salud mental.
Cuida tu red de apoyo social
Los vínculos con familia y amistades son esenciales para nuestro bienestar. Siempre que te apetezca potencia y cuida tus relaciones. Tener personas de confianza con quien poder disfrutar de tu tiempo libre y compartir tus preocupaciones hará que todo sea mucho más fácil de gesitonar.
¡Te deseo una vuelta de vacaciones lo más amena posible
y rodeada de gente que te quiera bonito!
Estupendo artículo!! Mañana me incorporo al trabajo y me ha llegado en el momento perfecto.
Gracias!!
¡Wow! ¡Qué bien! Mil gracias por leernos🌷 Esperamos que la vuelta al trabajo haya sido maravillosa.