En el artículo de hoy sobre trastornos de la conducta alimentaria, se analiza un poco más allá para descubrir la diferencia entre anorexia y la bulimia. En entradas anteriores de este blog, se definen diferentes trastornos de la conducta alimentaria.
De esta forma se aporta visibilidad de esta sintomatología, tan presente en una sociedad donde la imagen corporal y el cuerpo normativo toman el control. Posicionándose así, en el centro de la vida de muchas personas. Por ello, se realiza a continuación un análisis sobre las características que diferencian la anorexia de los diferentes tipos de bulimia.
Diferencia entre la anorexia y la bulimia
Ambos diagnósticos comparten una sintomatología básica que hace referencia a la sobre valoración que la persona realiza del peso y la forma corporal. Esta valoración, se relaciona directamente con su valía personal. A causa de esto, los patrones de alimentación se alteran notablemente, llevando a la persona a conseguir consecuencias graves en su salud física y psicológica. En ambas se llevan a cabo intentos de control sobre el peso y el cuerpo, el cual suelen menospreciar. En torno a ello se observan diferentes síntomas.
En la anorexia, existe una pérdida significativa de peso a determinar por el profesional, relacionado con la restricción de la alimentación. Existe terror a ganar peso incluso sin razón aparente. La persona realiza una valoración de su persona en relación con el control sobre la pérdida de peso, que actúa como refuerzo personal. Se destaca mucho el concepto de “sensación de control”.
Se han clasificado dos tipos de anorexia nerviosa. Encontramos la de carácter restrictivo, utilizando como método las dietas bajas en calorías y el deporte excesivo. Por otra parte, la anorexia de carácter atracones/purgativo controla el peso desde purgaciones provocando el vómito tras atracones u otras formas de purgación.
Este último, tan similar a la bulimia nerviosa, comparte el patrón de gran ingesta de alimentos y purgación posterior (aunque se puede dar también en ingestas más pequeñas en la anorexia). Es importante destacar que en la bulimia existe la percepción de “pérdida absoluta de control”.
Además, se pueden comprender sus diferencias también desde los aspectos cognitivos, emocionales y comportamentales. A continuación los detallaremos para cada diagnóstico.
Características de la anorexia
- Aspectos cognitivos: Se detecta un tipo de pensamiento rígido, que se relaciona con el control y la decisión de no comer. Además, existe una idea sobrevalorada sobre el cuerpo delgado, que se inclina hacia la obsesión. La distorsión de la imagen corporal percibida juega un importante papel.
- Aspectos emocionales: Ya que el control del peso tiene mucha relevancia, el sistema emocional de la persona reacciona al refuerzo al bajar de peso con emociones agradables y reconfortantes. Por otra parte, se experimenta malestar emocional relacionado con ansiedad, miedo, frustración, tristeza, etc., cuando existe percepción de vulnerabilidad ante el hambre.
- Aspectos comportamentales: Los comportamientos principales se relacionan con el control y la pérdida de peso con dedicación exclusiva. Hay comportamientos observables además de las restricciones, atracones, compensaciones con ejercicio o purgaciones. Son conductas más específicas como atesorar recetas, juguetear con la comida sin llegar a ingerirla, cortar pequeñas porciones, comer lento, esconder alimentos, mentiras relacionadas con la comida, evitación de situaciones sociales, etc. Además, los mitos sobre la alimentación y dietas milagro de moda puede llevarles a cambios constantes en su alimentación poco beneficiosos.
Características de la bulimia
- Aspectos cognitivos: En el caso de la bulimia los pensamientos tienen un matiz más pesimista y negativo, y van dirigidos hacia la crítica a su cuerpo poco esbelto o insuficiente. Por lo general, existe una creencia irracional que relaciona todo aquello que no se ha podido lograr o conseguir con su aspecto.
- Aspectos emocionales: Hay un patrón marcado de intolerancia a las emociones, que suele influir en la desregulación emocional. La culpa, la ansiedad y la tristeza son emociones muy presentes en la bulimia nerviosa. Aunque existe un pequeño refuerzo emocional en la evitación con la comida de emociones desagradables, este es casi imperceptible en comparación con la consecuencia emocional desagradable que se desencadena después.
- Aspectos comportamentales: Además de las conductas de los trastornos por atracón y purgación evidentes, como se comenta en los aspectos emocionales, la evitación es la técnica de gestión por excelencia. Se evita el afrontamiento de situaciones percibidas como incómodas y complejas, lo cual en ocasiones genera nuevos problemas. Además, la persona acaba relacionando irracionalmente con su aspecto.
Anorexia y bulimia en adolescentes
La adolescencia es un sector de la población especialmente vulnerable a la bulimia o anorexia. Es una edad en la que se encuentra una mayor influencia del grupo y comparación entre iguales. Además, la cultura al físico incide de forma relevante en edades en las que se encuentran cambios corporales.
Es importante destacar en este apartado, para ayudar en la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria, el papel de la familia y otros adultos a cargo del cuidado emocional de los adolescentes. La realidad es que, aunque la presencia de descontento con el propio físico es necesario para diagnosticar el TCA, no es suficiente. Cuando se indaga en la evaluación, suelen observarse patrones familiares autoritarios y autoexigentes, orientados al perfeccionismo, al control, la sobreprotección y la dificultad de la gestión de emociones en el hogar.
Desde la familia y los entornos educativos, también se debe aportar una educación sana a cerca de la aceptación del cuerpo, la alimentación enfocada en la salud y no en el peso y limitar comentarios hacia el físico. Las creencias limitantes e irracionales pueden ser bien gestionadas por el contexto más cercano. Pero también puede constituir un factor de riesgo para el adolescente si se mantiene la sobrevaloración del físico que ya existe a nivel social y cultural.
Es recomendable que el diagnóstico de cualquier psicopatología se realice por profesionales en el área. No obstante, todo conocimiento nos puede ayudar en la detección temprana de cualquier desorden alimenticio, la prevención y el adecuado apoyo y tratamiento profesional.
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Fuentes:
- Trastornos alimentario y de la ingestión de alimentos (2015). Conca Perpiñá Tordera.
- Tratamiento de la imagen corporal de los trastornos alimentarios (2011). José H. Marco, Conxa Perpiñá y Cristina Botella.
- Bulimia nerviosa. Guía para familiares (2014). Idoia Dúo.