A lo largo de nuestras vidas todos desarrollamos una serie de intereses, por los libros, la naturaleza, u otras actividades u objetos que nos atraen, o por los que tenemos afinidad intensa. Es a esto, a lo que en psicología nos referimos como “filia“.
Aunque en ocasiones cuando escuchamos la palabra filia, pensamos, o lo relacionamos con la salud sexual o con contextos inquietantes, incluso con los trastornos mentales o la posibilidad de ser psicópata. Es por ello, que a lo largo de este artículo intentaremos desmitificar que es una filia y qué tipos de filias hay. Además, lo diferenciaremos de las parafilias y de las fobias.
En este artículo hablamos de:
Filia: Significado
Cuando hablamos sobre filias, nos referimos a afinidades, o atracciones intensas hacia situaciones, objetos o ideas. Pero esto no es una simple preferencia o gusto. Si no que las filias, tienen como característica principal, la intensidad que llega a inundar a la persona. O al menos a ocupar una parte muy grande de la vida de la persona. En psicología solemos utilizar la filia en el campo de la sexualidad.
A lo largo de la historia, estas filias nos han llevado a desarrollar aficiones, o atracciones por situaciones, momentos u objetos. Estos intereses terminan siendo difíciles de ignorar, incluso llegando a interferir en el funcionamiento del día a día.
De esta manera, las filias se caracterizan por tener distintos grados de intensidad y de temática. Pudiendo llegar a parecer extrañas o incomprensibles para aquellas personas que no las conocen o experimentan. Pero no nos confundamos, las filias en la mayoría de los casos no suponen un peligro ni para la persona que las experimenta, ni para las personas de su entorno.
Cuando la filia empieza a afectar negativamente a la vida de la persona, esta empieza a causar mucho malestar. Llegando a limitar a otras áreas de la vida, incluso a la manera en que se percibe a sí mismo, provocando situaciones de estrés.
Tipos de filias
Existen muchos tipos de filia, que varían en función del contenido y la naturaleza de la filia en sí misma, así como de la intensidad de la preferencia y el malestar que supone. Por ello, vamos a exponer algunos de los ejemplos más habituales de filias, ya que es importante entender en que consisten.
Hematofilia
La hematofilia es la atracción que las personas pueden sentir hacia la sangre. Y aunque en ocasiones se percibe como una filia relacionada con acciones peligrosas, en muchas ocasiones se relaciona más con el simbolismo que supone la sangre. Para muchas de las personas esta filia puede suponer explorar su propia sangre y corporalidad.
Agalmatofilia
La agalmatofilia se relaciona con la atracción o interés por las estatuas, maniquíes o figuras inanimadas. Es decir, las personas con este tipo de filia, perciben a las figuras inanimadas como una expresión de la belleza y de la calma. En muchas ocasiones esta filia se basa en la importancia que le dan las personas a la estética, a la idea de la perfección o a la serenidad.
Albutofilia
La albutofilia es la atracción por todo lo relacionado con el contacto con el agua, con la atracción por los baños, las duchas calientes. De forma que la persona necesita tener contacto cercano con el agua, que de manera intensa puede implicar elevado malestar. Pero también un desajuste en las rutinas y en la funcionalidad del día a día.
Pedofilia
La pedofilia es la atracción que las personas sienten hacia los menores de edad. Esta filia, se considera una parafilia, ya que tiene un componente sexual. Es por ello, que es una de las filias más complejas y más problemáticas, ya que es perjudicial para la persona y por supuesto para la sociedad y los menores afectados. Este tipo de filia requiere de un tratamiento profesional.
Diferencia entre filia y parafilia
En muchas ocasiones, confundimos los términos filia y parafilia, sobre todo porque se suelen emplear de forma coloquial indistintamente. De manera concreta, una filia es una atracción o un interés que es muy intenso y que no tiene por qué relacionarse con el ámbito sexual. Sin embargo, las parafilias sí que tienen un componente sexual hacia objetos, situaciones o personas que se alejan de lo que se considera habitual.
Además, las filias pueden formar parte de la vida diaria de una persona sin que sean disfuncionales. Sin embargo, las parafilias se consideran más complejas por la intensidad que tienen, así como por la afectación significativa para la vida de la persona o para las personas que se vean afectadas por ella.
Algunos de los ejemplos de parafilias que podemos ver son el fetichismo, el voyeurismo, el exhibicionismo, el frotteurismo, o el masoquismo. Y aunque es cierto que algunas de las parafilias no son dañinas siempre que impliquen un consentimiento por parte de ambas personas, otras pueden suponer muchas consecuencias negativas e incluso un trauma emocional.
Fobias y filias
La relación entre las fobias y las filias en ocasiones no se entiende, pero consiste en que aunque presentan reacciones opuestas, tienen partes comunes. Es decir, las filias son atracciones muy intensas y positivas, mientras que las fobias son aversiones o miedos irracionales hacia esos objetos, situaciones o personas.
De esta manera, algunas personas pueden desarrollar una filia hacia una fobia previa. Las fobias y filias se relacionan también por las emociones tan complejas e intensas que podemos experimentar en ambos casos, independientemente de las causas de las fobias y los tipos de fobias.
Fuentes:
- Parafilias: consideraciones clínicas y médico-legales (2020) Revista de Ciencias Médicas http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1561-31942020000600023&script=sci_arttext&tlng=en