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Si has llegado hasta aquí es porque quizá en ti han resonado mucho las palabras síndrome de la impostora. Ya sea porque te has reconocido en primera persona o bien lo percibes a tu alrededor. Y no me extraña ya que hoy en día el porcentaje, sobre todo de mujeres que lo sufren, es elevado.
“Nada de lo que hago es suficiente”, tranquila, saber qué es el síndrome de la impostora y qué hay detrás ayudará a que deje de condicionar nuestro comportamiento.
Qué es el síndrome de la impostora
“¿Por qué me cuesta tanto creer en mí misma y en lo que soy capaz de conseguir?” Tranquila, esto tiene que ver con la impostora que te acompaña y que encima se refuerza con el contexto social que a las mujeres nos ha limitado (y aún limita) tanto durante años. Este síndrome no afecta exclusivamente a las mujeres pero sí en su mayoría.
Todas las personas nos hemos sentido así en algún momento de nuestra vida: con miedo a que descubran que no somos lo suficientemente buenas, que no estamos lo suficientemente preparadas, que no tenemos las habilidades correctas… Los éxitos se atribuyen a la suerte aunque la realidad demuestre lo contrario. ¿Qué ocurre? Sentir esto genera mucho malestar, baja autoestima y sintomatología ansiosa a quien lo sufre.
El síndrome de la impostora a veces ocurre en silencio y no nos damos cuenta hasta que lo expresamos, ponemos en común o conocemos sobre él y entonces tomamos conciencia de ello.
Tener sembrada la duda acerca de nuestras capacidades y de nuestro potencial es realmente estresante y agotador. Se siente un miedo constante a ser descubiertas y que se den cuenta que somos un fraude (y de eso nada).
El ámbito en el que más se hace notar es en el laboral sin embargo el síndrome de la impostora también puede afectar al ámbito social, familiar o académico.
Cómo saber si sufro el síndrome de la impostora
Tal y como hemos adelantando a veces el malestar puede estar presente en ti y no ser consciente de dónde viene. A continuación vamos a dejar algunas características para tomar conciencia que eso que te está afectando tiene que ver con el síndrome de la impostora.
El fraude
Se siente un temor constante a que el resto de personas descubran que se es un fraude. A pesar de la preparación que hay detrás, las horas invertidas, se siente que nunca es suficiente y que esa inseguridad va a ser transmitida a los demás. “Van a darse cuenta que de que este puesto no es para mí”.
No soy merecedora
En el síndrome de la impostara una de las creencias limitantes más presente es la creencia de que no somos merecedoras de los éxitos que nos ocurren. Ese pensamiento que tanto malestar genera suele estar distorsionado y no es adaptado a la realidad. Para justificar de alguna manera el éxito se atribuye directamente a la suerte. “He llegado hasta aquí pero es por la suerte que he tenido”
Intentar ser perfecta
La perfección no existe. Ni en ti, ni en mí y ¡menos mal!. ¿Sabes por qué? Porque si existiria estaríamos sometidas a una autoexigencia muy elevada que no se puede sostener. Esto es precisamente lo que ocurre en el sindrome de la impostora. Intentar ser perfecta es como declararte la guerra a ti misma ya que es imposible no cometer errores a lo largo de nuestra vida.
Autoboicot
El diálogo interno está marcado por muy poco autoelogio y muchísimo autosabotaje. Un lenguaje totalmente sesgado por las creencias irracionales que no nos dejan trazar el camino hacia aquello que queremos conseguir. “No lo intentes, tú no sirves para eso”.
Baja autoestima
La autoestima está formada por el autoconcepto, el autorrespeto. Estos factores están totalmente afectados en el síndrome de la impostora ya que tiene que ver con la percepción de una misma. Experimentar una baja autoestima potencia en este punto la desconfianza en las propias capacidades y por lo tanto los pensamientos que surgen entorno a ello generan mucho malestar.
¿QUIERES SABER CÓMO ESTÁ TU AUTOESTIMA?
En este test podrás tener una respuesta orientativa de si tienes o no autoestima. Con esta información, estarás más cerca de saber qué necesitas y, así, dar los pasos para mejorarla.
Qué hay detrás del síndrome de la impostora
El síndrome de la impostora como veníamos adelantando tiene una relación directa con el contexto en el cual vivimos.
Autoexigencia
A veces puede ser un valor pero otras se puede convertir en nuestra propia cárcel. Cuando crecemos con una creencia muy arraigada a la autoexigencia no nos vamos a permitir el error lo cual hará que resulte difícil establecer límites que favorezcan el respeto por una misma. La autoexigencia sostiene la necesidad de control y esto está relacionado con sentir ansiedad como ocurre en el síndrome de la impostora.
Creencias limitantes del síndrome de la impostora
Somos seres sociales que necesitamos de los demás y no pasa nada. El problema viene cuando queremos encajar tanto en el visto bueno de la sociedad que nos olvidamos de las propias necesidades. Querer ser aceptado o buena para todas las personas es una creencia que nos limitará y no nos lo pondrá nada fácil.
Patrones de pensamiento
La forma en la que pensamos tiene una influencia directa en cómo nos sentimos. Si crecemos con patrones rígidos donde nuestro diálogo interno es muy crítico caemos en realizar juicios constantes sobre una misma. La mente se cree todo lo que le decimos por lo que si mensajes como “no vales para esto” “tú no eres capaz” están presentes finalmente actuaremos como tal.
Cómo lidiar con el síndrome de la impostora
Este punto no será sencillo ya que requiere de mucha responsabilidad sobre el vínculo contigo misma.
“Es absurdo que el propio “yo” ocupe el último lugar de la expresión de afecto que somos capaces de dar. Vivimos postergando las gratificaciones que merecemos”
Walter Riso
Tendemos a solo permitirnos el cuidado como recompensa. El autocuidado no es un premio por haber logrado tus objetivos, el autocuidado es necesidad.
El autocuidado no es un premio, el autocuidado es necesidad.
Os compartimos algunas claves para dejar atrás el síndrome de la impostora:
Autocompasión
Ha quedado claro que la autoexigencia es un patrón muy presente en el síndrome de la impostora. Poder trabajar en la compasión con una misma poco a poco nos irá validando y liberando. Desde la compasión lograremos ser nuestra mejor amiga y no vernos al otro lado como esa jueza constante.
Aprende a soltar a tu impostora
No todo está bajo tu responsabilidad. Aprender lo que está bajo nuestra influencia y lo que no nos ayudará a poder trabajar la aceptación y poner límites en función de tus necesidades. Este elemento es muy importante ya que el síndrome de la impostora intentará que puedas con todo sin pensar en qué es con lo que realmente quieres poder.
Reconoce tus logros
¿No crees que es irracional pensar que nada te sale bien? Pues sí, lo es. Somos conscientes que el error es algo natural que va a ocurrir pero en vez de centrarnos en poner en marcha la crítica vamos a construir más el autoelogio reconociendo aquellas cosas que se nos da bien hacer y felicitándonos por aquellas logros que vamos consiguiendo y son importantes para nosotras. En este punto también te ayudará compartir tus éxitos con tus personas favoritas.
Esperamos que tu impostora haya quedado al descubierto y que poco a poco podáis establecer una relación diferente en la cual no te haga sufrir tanto. Si crees que necesitas ayuda profesional te recordamos que puedes contar con nuestra terapia online o psicoterapia en Barcelona.
Me encantó.. quiero seguirte de hoy en adelante.. felicidades por tu labor♥️♥️♥️
Hola, bonita 🌹
Muchas gracias por escucharnos y por escribirnos. ¡Nos alegramos enormemente de que te haya gustado!
Un abrazo muy grande y bienvenida 💕