Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al podcast de Somos Estupendas. Hoy tenemos con nosotras a Paula, profesional del equipo de psicólogas de Madrid, para hablarnos de algo que realmente le pasa a muchísimas personas. En nuestro podcast de hoy, qué hago si no puedo estar sola, hablaremos del sentimiento de soledad en diferentes etapas y cómo gestionarlo.
Conoce la soledad
Empecemos por comentar que la soledad es diferente para cada persona. Si tienes miedo a la soledad es probable que huyas de lo que ha significado en tu vida quedarte sola.
Estar acompañadas y sentir que formo parte es una necesidad humana tan básica como que ya en la prehistoria significaba seguridad y supervivencia. Ahora no estamos en la prehistoria, pero el sentirnos miradas es básico tanto para reconocernos como para desarrollarnos.
La soledad está muy mal vista. A la gente le cuesta mucho hacer cosas por su cuenta, como ir sola a comer o al cine. En concreto, hay dos tipos de soledades:
- Soledad física: estar físicamente sola, a nivel social, significa que en determinado momento no tengo a nadie a mi alrededor en quien pueda apoyarme.
- Soledad emocional: en la que puedes estar rodeada de gente y sentirte sola igualmente. Esto podría ser porque tus vínculos realmente no te están viendo. Quizá no te saben mirar o quizá te está costando sentirte vista.
Quizá te sientes sola porque tus ideales y metas de proyectos van a contracorriente de los del resto, por lo que puedes sentir que no encajas.
La soledad en la adolescencia
La adolescencia es la gran etapa olvidada donde generalmente puede sentirse mucha soledad. La adolescencia es una etapa de construcción de la identidad, de ruptura y de disrupción. Rompemos con el espacio seguro que es la familia (para quienes lo haya sido), las figuras de referencia. Y, de repente, toma importancia el grupo de iguales. En esa etapa surgen las dudas de quiénes somos o debemos ser. Se explora y se prueban cosas nuevas.
Por qué no puedo estar sola
Este miedo puede venir porque está tocando una herida de abandono. Como no me quiero encontrar conmigo porque no me caigo bien prefiero apuntarme a mil planes, aunque no me interesen para nada o no me llenen para no enfrentarme a mí.
Puede también que tengas autofobia o miedo a la soledad, o que hayas aprendido, debido a tus experiencias anteriores, que la soledad es algo negativo o traumático. Tener miedo a la soledad puede generarte mucho malestar a nivel emocional, cognitivo e incluso físico.
¿Cómo dejar de temer a la soledad?
La primera cuestión es reconocer la soledad en ti, es decir, escuchar tu cuerpo, ver que hay algo que te duele y te que está queriendo decir algo.
¿Qué significa para mí estar sola?
¿Cómo lo sientes? Qué te dices cuando estás sola. Esto es una cosa muy importante, cómo te hablas, si crees merecer compañía o que nadie te quiera. Hacernos estas preguntas nos va a ayudar:
- A identificar esa soledad en ti y entenderla. ¿Cómo es para mí? ¿qué me está queriendo decir esta emoción? El primer punto es pararnos y reconocerlo.
- ¿Qué es lo que necesito en mis amistades? Busca tus áreas: trabajo, proyectos personales, estudios, parejas, familia… Reconoce y piensa qué tienes. ¿Qué es lo que me está aportando? ¿Qué necesito?
Eres la persona que te va a acompañar siempre.
Busca momentos de no hacer nada
Nos podemos descubrir en soledad en compañía, somos animales sociales. Necesitamos de nosotros de las otras personas que están a nuestro alrededor. Pero otro ejercicio que puedes hacer es descubrirte a ti misma sin nadie más, con actividades de autocuidado.
Si no puedo estar sola otra cosa que puedes practicar es buscar espacios para ti, en los que no hagas nada. Encuentra un momento para estar simplemente en silencio, ni con meditaciones guiadas, ni podcasts, ni música… en un sitio que para ti sea cómodo, y simplemente escucha tus pensamientos.
Sin nada más, quedarte 15-20 minutos observándote. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué ocurre en mi cuerpo? ¿Qué es lo que pienso?
Conócete mejor
En relación a la anterior, busca espacios para conocerte mejor y reflexionar: ¿Me caigo bien? ¿Me siento a gusto conmigo? Quizá lo que identificas es una herida de abandono y lo que necesitas es acompañamiento profesional. Revisa tus necesidades, qué es lo que te mueve y motiva.
La soledad puede ser una oportunidad para mirarte y conocerte. No poder gestionar la soledad muchas veces significa olvidarnos de nosotras o que aceptemos cualquier vínculo por no quedarnos solas.
Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.