Solemos pensar en el apego como algo negativo, como algo de lo que hemos de huir, como algo de lo que tenemos que liberarnos. Seguro que has escuchado la frase “libérate de los apegos”, o similares.
Pero, ¿y si te dijera que el apego es positivo? Y, más aún, ¿y si te dijera que el apego es necesario? En este artículo veremos por qué, y, además, profundizaremos en qué es el apego y qué tipos de apego existen.
En este podcast hablamos de:
Qué es el apego
El apego, un concepto bautizado por John Bowlby, es el vínculo que establecemos con las personas importantes de nuestro entorno, empezando por aquellas que nos criaron en la infancia. El apego y sus consecuencias no es algo que podamos elegir o evitar sentir: forma parte de nosotras y tiene la función de asegurar nuestra supervivencia de bebés y darnos seguridad en nuestras relaciones en la adolescencia y adultez.
Existen diferentes tipos de apego dependiendo de cuál haya sido el vínculo con las personas que nos cuidaron nuestros primeros años de vida.
Desarrollo del apego en la infancia
Como leías hace unas líneas, el apego es positivo y necesario. Pero, para entender esto, primero hay que hablar del concepto de apego como tal.
El apego es el vínculo emocional y afectivo que se desarrolla con otras personas significativas. En concreto, el vínculo de apego más relevante es aquel que se establece con las personas que nos cuidan a lo largo de nuestra infancia, es decir, con nuestras figuras de referencia cuando somos niñas, generalmente padres y/o madres, aunque también pueden haber sido tíos/tías, abuelas/abuelos, etc.
Cuando somos niñas, desde el momento en el que nacemos hasta que ya adquirimos cierta autonomía, somos dependientes de otras personas. Especialmente, en nuestra infancia esta dependencia hacia las personas que nos cuidan es completa, ya que, sin ellas, no sobreviviríamos, ¿verdad? Es por esto por lo que las personas estamos biológicamente preparadas para vincularnos y formar ese importante vínculo de apego con las personas que nos rodean y cuidan. ¡Fíjate qué importante es!
Decimos, por tanto, que el apego es positivo y necesario, pues, además de cubrir nuestras necesidades físicas, también promueve que se cumplan nuestras necesidades de seguridad o protección.
Y, ahora sí, ¿cómo se desarrolla el apego en la infancia? El apego se empieza a desarrollar ya en el útero con la mamá. Desde que nacemos, sonreímos o lloramos para atraer la atención de las personas que nos cuidan, y enseguida vemos quienes son nuestras figuras de cuidado o de apego. Cuando las necesitemos, las buscaremos.
Y será en muchos momentos en que las necesitemos siendo niñas, como es evidente, desde darnos de comer, hasta cuando nos caigamos al empezar a caminar, o cuando en el parque nos dé miedo una paloma. A medida que crecemos, nuestra autonomía será mayor, y la dependencia se irá rebajando.
Pero el apego nunca desaparece. De hecho, en la adultez ese vínculo de apego lo volvemos a establecer con personas como la pareja.
Artículo recomendado: Tipos de apego en la pareja
Tipos de apego
A continuación conoceremos los diferentes tipos de apego que se forman en la infancia.
Apego seguro
El estilo de apego seguro se forma cuando, a lo largo de nuestro desarrollo como niñas, hemos tenido figuras de cuidado (padres, madres, tías, abuelos, abuelas, etc.) que, no solo han podido satisfacer nuestras necesidades fisiológicas (comida, descanso, higiene…), sino que también han cubierto nuestras necesidades emocionales.
Han estado presentes físicamente y disponibles emocionalmente de manera habitual y estable en el tiempo. De esta forma, cuando hemos tenido este estilo de apego infantil, aprendemos que tenemos esa base segura, y podemos acudir a ella cuando lo necesitemos, pero también sentimos que podemos explorar el entorno y desarrollar nuestra autoestima.
Apego ambivalente o ansioso
El apego ansioso o ambivalente se construye cuando, de niñas, las figuras de cuidado no siempre estaban para nosotras de forma emocional. Quizá a veces sí y otras no, es decir, estaban de forma intermitente. Como esto no nos permitía predecir cuándo la persona a la que necesito va a estar ahí, me da miedo separarme de ella, y me angustia mucho estar sola o explorar, por ejemplo. No sé si tendré ese refugio al que ir si lo necesito.
Apego evitativo
El tipo de apego evitativo se desarrolla cuando mi persona(s) cuidadora(s) fueron fríos/as a nivel emocional. Quizá fueron personas que me querían mucho, pero que no transmitían tanto este cariño, porque no hablaban mucho el idioma de las emociones, y que no las validaban o escuchaban. Además, este estilo está relacionado con fomentar mucho la independencia o autonomía. En este caso no hay incertidumbre, como en el anterior, sino que sé que, en ciertos aspectos (sobre todo afectivos), mis figuras de referencia no siempre conectan conmigo.
Apego desorganizado
El apego desorganizado es un patrón inusual de apego en el cual un niño o niña muestra comportamientos contradictorios y confusos hacia su cuidador principal. Esto a menudo se relaciona con experiencias traumáticas o abuso en la relación con el cuidador, lo que lleva a una ambivalencia y confusión en la relación del niño con esa persona.
Este concepto ayuda a entender cómo las experiencias tempranas pueden afectar el desarrollo de las relaciones y el bienestar emocional en la vida adulta.
Cómo afecta el apego en la edad adulta
Como dice el título del artículo, no solo es importante conocer los tipos de apego, sino saber cómo influyen en nuestra vida. Y es que, el vínculo de apego que establecemos en nuestra infancia con nuestros/as cuidadores/as primarios/as influye enormemente en nuestro desarrollo emocional y social. Así que ahora volveré a nombrar los tipos de apego anteriores para ver cómo cada uno de ellos se traduce cuando somos adultas.
Apego seguro en la edad adulta
El estilo de apego seguro, en la adultez, se ve reflejado en la capacidad para tener relaciones con otras personas saludables, en las que poder desarrollar intimidad y cercanía, ya que nuestra confianza en las demás personas ha podido formarse. Además de tener esta capacidad y de saber que a veces necesitamos a otras personas, también tengo mis propios recursos para desenvolverme con autonomía y confianza en mí. Generalmente, puedo hacerme cargo y gestionar mis emociones.
Apego ambivalente en la edad adulta
Como el vínculo importante de mi infancia ha estado marcado por la incertidumbre, como adulta lo que puede ocurrirme es que tenga miedo al abandono o a la soledad, que dependa de otras personas por la poca confianza que tengo en mí, o que mi capacidad de autonomía no esté muy desarrollada. Puede que me vea envuelta en relaciones de dependencia emocional o que necesitemos validación constante.
Apego evitativo en la edad adulta
Al haber crecido en un entorno poco afectuoso, o en el que las emociones no eran importantes o se escondían e invalidaban, como adulta siento rechazo hacia la sensación de compromiso, me da miedo o no sé gestionar cuando las relaciones empiezan a tener cierto grado de intimidad, y todo esto a veces me genera incomodidad en las relaciones personales, pues valoro mucho la independencia. Además, he aprendido a valerme por mí misma, siendo incapaz o huyendo de pedir ayuda. De hecho, yo misma huyo de hablar de emociones, de mostrarlas, o de permitírmelas. Es ese típico “a mí déjate de emociones”.
Mucha información importante e intensa, ¿verdad? Es normal que algo en ti se haya podido remover. Si sientes que lo necesitas tras leer esto, descansa o practica algo de autocuidado. Algo que es esencial tener en cuenta es que, aunque el apego nos influye en gran medida, no nos condiciona para siempre, sino que puede trabajarse con terapia psicológica online, y también, que no es necesario que nos encasillemos en uno u otro en este artículo, pues el espacio es reducido y estamos dando pinceladas muy generales. Aun así, esta información puede servirnos para conocernos mejor y, a partir de ahí, seguir construyéndonos.
Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify, Ivoox y en Itunes eso nos ayuda a crecer.
En qué enlace podemos ver el taller del 15 de mayo?
¡Hola, Noemí! Finalmente, por motivos personales de Isabel, aplazamos el taller al 12 de junio. Te dejo el enlace para que te inscribas: https://somosestupendas.com/talleres-psicologia/relacion-y-gestion-de-las-emociones/
Creo que tienen mucha información (de lo que pueden observar a través de los ojos), sin embargo no conocen las implicaciones energéticas del apego en toda la extensión de la palabra, la causa de todos los sufrimientos son los apegos.
Con relación a los bebés no se le debe llamar apego, porque eso tiene nombre propio AMOR. Se debería llamar de otra forma, no APEGO. Apego no es amor, es necesidad.
Hola, Carmen 🌹
Gracias por tu comentario y por tu reflexión. En este podcast, para hablar de apego, nos basamos en la teoría del apego, desarrollada por autores como Bowlby, Mary Main o Mary Ainsworth. Una teoría que tiene muchos años de estudio y que habla de la importancia del vínculo de apego en la supervivencia. Por ello, ese vínculo es esencial, y, sí, una necesidad humana. A partir de ahí, el sufrimiento puede originarse cuando ese vínculo no se da en la calidad necesaria o deseable, y esto acaba desembocando en problemas futuros como es la dependencia emocional, que creemos que quizá es a lo que te refieres.
Esperamos habernos explicado.
Gracias de nuevo y un abrazo grande 💖
Hola, quisiera saber cuando uno a tenido una buena infancia, por que puede haber dependencia emocional en la vida adulta
Hola, Yuly 🥰
Gracias por escribirnos. Si te parece, nos puedes escribir a nuestro correo, hola@somosestupendas.com estaremos encantadas de ayudarte. También decirte que te recomendamos que eches un vistazo a nuestro servicio de terapia online https://somosestupendas.com/terapia-online/ creemos que te puede ayudar con la dependencia emocional.
¡Un abrazo! 🌷💕