Apego seguro: Qué es y cómo trabajarlo

Hoy en día es fácil oír hablar sobre el apego. Sin embargo, muchas personas no saben qué es el apego. A grandes rasgos, lo podemos definir como el vínculo emocional que establecemos con las demás personas. El apego seguro es uno de los tipos de apego que existen y en este artículo lo vamos a desarrollar en profundidad.

Qué es el apego seguro

Bowlby, uno de los principales investigadores del apego, define el apego seguro en la infancia como una base sólida de seguridad que permite al niño confiar en los demás y en sí mismo. La conducta de los cuidadores es predecible y aportan al niño lo que éste necesita en su plano físico y emocional.

El apego se desarrolla en los primeros años de vida, y depende de la relación que se establezca con nuestros cuidadores principales. Estas primeras experiencias configurarán nuestra forma de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos en un futuro.

Lo que vivimos y aprendemos cuando somos pequeños puede determinar nuestra interpretación del mundo. Aunque no nos acordemos, no hace menos importantes las experiencias que vivimos en nuestra infancia.

Por ejemplo, cuando somos pequeños no somos capaces de regular nuestras emociones. Simplemente, no podemos hacerlo solos. Así que necesitamos de otras personas que nos ayuden y aprender a hacerlo por nosotros mismos a partir de ahí. Por eso es tan importante haber recibido no sólo cuidados físicos, sino también emocionales: nuestro cerebro lo necesita. Somos seres sociales, y por ello tenemos la necesidad de recibir cariño y contacto físico.

apego seguro

Ejemplos de apego seguro

¿Qué nos indica que una persona tiene un estilo de apego seguro? Te dejamos algunos ejemplos:

  • Tener una percepción positiva de sí mismo y del mundo social
  • No hay incomodidad ante la proximidad y la intimidad
  • Mayor cohesión familiar en las personas adultas
  • No temen que otros les abandonen
  • Capacidad de regulación emocional
  • Aceptación de las emociones negativas
  • Usar estrategias de afrontamiento adaptativas ante los problemas
  • El apego seguro se asocia a menos síntomas de ansiedad, depresión y hostilidad

Cómo trabajar el apego seguro

Cómo trabajar el apego seguro en bebés

Como hemos mencionado anteriormente, el apego se construye en los primeros años de nuestra vida, con nuestros cuidadores principales, que suelen ser nuestros padres. Para que un bebé desarrolle un apego seguro, sus cuidadores deben proporcionarle alimento y cuidados, para que esté bien físicamente, pero también cariño, contacto y cercanía.

Diversos estudios han relacionado el apego del niño con la capacidad de su cuidadora para percibir, interpretar y responder adecuadamente y a tiempo a las señales del bebé. La ausencia física de la figura de apego del niño produce reacciones de ansiedad en éste.

En resumen, algunos ejemplos para fomentar el apego seguro progenitor-bebé son los siguientes:

  • La sensibilidad de darse cuenta de las vocalizaciones del bebé, así como percibir sus señales de malestar
  • Si llora, cogerlo en brazos. El bebé necesita oler a sus padres, sentirlos cerca. Huye del “déjalo llorar, sino se malacostumbran”. Puede que si no vas a calmarlo, deje de llorar, pero será por cansancio y a la larga aprenderá que sus llantos no son escuchados.
  • Las caricias, el contacto físico, hablar al bebé, mirarlo y sostenerlo son conductas cruciales en esta etapa del desarrollo
  • Permitir al bebé explorar, jugar y desarrollar comportamiento social.
  • Para disminuir el efecto de la separación física del progenitor con su hijo, es adecuado preparar al niño y asegurar la continuación de sus rutinas establecidas.

Y, sobretodo, ¡Que no cunda el pánico! No se trata de ser el progenitor perfecto, pues si se hiciera todo perfecto y se cubrieran al 100% absolutamente todas las necesidades del bebé en cada momento, no habría espacio para la individualidad de cada persona ni para la autonomía.

Lo importante no es hacerlo bien siempre, sino la mayoría de las veces.

Cómo trabajar el apego seguro en niños

Cuando los niños ya son más mayores, el estilo de apego ya se ha establecido. No obstante, se pueden hacer cosas para que el vínculo con sus padres sea más estrecho, ayudándoles a paliar los efectos de un apego inseguro si ese fuera el caso.

Te dejamos algunos ejemplos de actitudes positivas de los progenitores hacia el niño, que sin duda potenciarán un desarrollo más beneficioso:

  • Estar presentes: aunque se trabaje muchas horas, cuando se tenga la oportunidad de estar con los hijos, es importante pasar tiempo con ellos, hablar, preguntarles cómo están, escuchar lo que nos quieran contar y, en definitiva, pasar tiempo de calidad con ellos.
  • Escuchar sus problemas: no vale lo de “son cosas de niños”, “eso es una tontería”… Aunque a los adultos algunas situaciones puedan parecernos simples y fáciles de gestionar, a los niños puede parecerles todo un mundo. Por eso es tan importante que sus padres validen sus emociones, ayudándoles a verbalizar lo que están sintiendo y darles alternativas para solucionar el conflicto.
  • Dejar que hagan ellos solos las cosas que son capaces de hacer. De ese modo, aumentará su autoconfianza.
  • Celebrar sus logros, por pequeños que sean.
  • Establecer rutinas y límites: los límites les aportan seguridad para saber qué se espera de ellos y cómo deben comportarse en diferentes situaciones. Eso no significa que los adultos no debamos premiarles cuando se porten bien: es esencial premiar con palabras o pequeños premios las conductas funcionales, pues así es más probable que se repitan y que aprendan a socializar de una manera más sana.
  • Las palabras son importantes: no demos por hecho que los niños saben que los queremos o que nos sentimos orgullosos de ellos. Verbalizar frases como estas les proporcionarán una mayor seguridad y autoestima. De la misma forma, es importante no gritarles, amenazarles o hacer comentarios que puedan herirlos. Las palabras pueden mermar la comunicación y el vínculo que hayas creado con tus hijos.

Cómo trabajar el apego seguro en adultos

En la edad adulta, ya tenemos una idea más marcada de cómo es el mundo y de nuestra autopercepción. Suele ser más fija que en la infancia y adolescencia, pero no por ello no se puede cambiar.

El primer paso es darse cuenta de qué tipo de apego estamos teniendo en nuestras relaciones. Es difícil que te acuerdes de cómo fue tu apego en los primeros años de vida, lo que sí es posible es que recuerdes cómo te sentiste durante tu infancia en general.

El estilo de apego que establezcas ahora con tus parejas y amigos es el que se tiene que trabajar (o no). Si hay cosas que te duelen o tus relaciones no funcionan, es importante ponerse en manos de un profesional de la salud mental para poder analizar el motivo de tu malestar.

Es importante remarcar que un apego inseguro durante la adultez no significa que tu apego en la infancia haya sido igual. Hay muchas variables que pueden afectar a cómo te relacionas tú hoy en día, desde situaciones traumáticas a experiencias relacionales dolorosas.

Te dejamos por aquí un podcast sobre los tipos de apego en la pareja, por si puede serte de ayuda.

Libros sobre el apego seguro

Estos son algunos libros en los que se habla de apego seguro.

Criar con apego seguro

Este libro de Laura Estremera, psicóloga especialista en atención temprana, pretende guiar a los padres y madres en el proceso de la crianza, resolviendo todo el mar de dudas que muchas veces los acompaña.

Apego Seguro

Andrea Cardemil, psicóloga, explica en este libro cómo promover un apego seguro a partir de los dos años de edad, aportando ideas sobre cómo manejar las pataletas, regular sus emociones y establecer límites.

Educar en el vínculo

Rafa Guerrero describe en este libro cómo el sueño, la alimentación, el juego y los dispositivos electrónicos influyen en el vínculo que establecen los padres con sus hijos, proporcionando también explicaciones sobre la vinculación y el apego.

Cabe remarcar que estos libros no son sustitutos de una terapia psicológica.

También pueden serte de utilidad otros libros sobre la crianza respetuosa, pues está muy relacionada con el apego seguro.

Como has visto, el apego es algo que determina en gran medida nuestra forma de relacionarnos y gestionar nuestros problemas. Por eso es tan importante hablar de ello y procurar que los niños y niñas construyan un apego seguro con sus padres.

Es psicóloga general sanitaria y actualmente está trabajando en una asociación de TEA. Desde hace años ayuda a niñes y adolescentes con trastornos de aprendizaje y lo compagina con su pasión por la divulgación. Más sobre Maria Mallol

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