¿Tipos de meditación? ¿Existe más de una forma de meditar? Pues sí, —aunque muchas personas creen que la meditación es una técnica de relajación más— hay muchos estilos diferentes. En este artículo hemos hecho una selección para que puedas decidir cuál encaja más contigo. Además, también explicamos al final cómo hacerlo si no has practicado nunca antes.
Tipos de meditaciones
¿Qué sabes sobre la meditación? Probablemente te suene que tiene su origen en la India y que es muy antiguo. Pues sí, lo cierto es que es una práctica con muchos miles de años de trayectoria en los que se han desarrollado muchísimos tipos de meditación diferente.
Es prácticamente imposible que podamos recopilarlos todos en un solo artículo, así que hemos decidido hacer una selección. Esperamos que de esta forma puedas hacerte una idea y elegir cuál encaja más contigo y tus necesidades.
Debemos tener en cuenta que no hay una mejor que otra y que los estilos que hoy conocemos han sido adaptados a las exigencias de nuestra sociedad. Por eso muchas personas consideran que son una más de las muchas técnicas de relajación disponibles. Este punto de vista deja por el camino la profundidad de esta herramienta tan completa.
Meditación guiada
Es muy probable que —si te has iniciado en este mundo— hayas experimentado con alguna meditación guiada. Hoy en día podemos encontrar una gran variedad de material accesible. Este tipo de meditación se caracteriza porque hay una persona que va guiando el proceso—sea en vivo o mediante una grabación—.
La voz que guía va describiendo paso a paso lo que se debe hacer o visualizar. Esto hace que sea especialmente recomendable este formato si estás empezando; tener una voz guiando da tranquilidad y quita el peso de tener que “hacerlo bien”. No hay que preocuparse por el resultado, solo tienes que dejarte guiar.
Muy habitualmente se utilizan este tipo de meditaciones para relajar el cuerpo y/o calmar la mente. Además, también son muy útiles para regular determinadas emociones. Cada vez hay más terapeutas que incorporan esta práctica en sus intervenciones.
Meditación en atención plena
¿Has escuchado alguna vez la palabra Mindfulness? ¡Seguro que sí! Este tipo de meditación, que se basa en la atención plena —y ahora veremos qué significa esto— se ha popularizado en nuestra sociedad. No solo a nivel social, sino que se han hecho importantes inversiones económicas para determinar científicamente sus beneficios. Y como se ha visto que son muchos, se ha hecho una gran labor divulgativa para que lo conozca el mayor número de personas posible.
El principal foco de trabajo se centra en cultivar la presencia: aquí y ahora. En otras palabras, esto quiere decir que observemos aquello que nos está sucediendo sin juzgarlo. Esto que sobre papel parece tan sencillo —observar nuestras sensaciones, emociones y pensamientos— , requiere de trabajo y práctica en el día a día. Es habitual pensar que debemos hacer prácticas muy largas y, en realidad, podemos hacer ejercicios de atención plena más accesibles durante nuestro día a día.
Meditación Metta
La meditación Metta —también conocida como meditación del amor benevolente— tiene su origen en el budismo tibetano. ¿Habías oído hablar de ella? Quizá no te suena su nombre, pero sí el objetivo. Se centra en cultivar y desarrollar compasión hacia uno/a mismo/a y hacia el resto de seres vivos. Es habitual en algunas prácticas de yoga, por ejemplo, al inicio o final de la clase. Su principal objetivo es que las personas podamos construir en nosotras mismas una mayor empatía y armonía para extenderla al resto de seres vivos.
Aunque es más complejo, podríamos decir que los aspectos básicos se centran en explorar el sentimiento del amor y las sensaciones que genera en la persona. Además, se repiten ciertas frases con mensajes compasivos.
Meditación trascendental
Este estilo de meditación tiene su origen en la India y se centra en la repetición de mantras. Durante la práctica, cada persona se centra en la repetición de las palabras o mensajes que elijan. Dicha repetición actúa como anclaje a la práctica y permite volver al mantra personal en caso de que la mente se distraiga.
Se considera que la repetición de los cánticos sagrados permite a las personas llegar a estados meditativos profundos. Y, de este modo, la mente se focaliza y se pueden llegar a trascender los pensamientos del día a día.
Meditación Zen
La meditación Zen, también conocida como Zazen, tiene su origen en el budismo zen y se realiza en posición sentada. Este aspecto es fundamental. La postura es uno de los elementos principales y, por tanto, las indicaciones sobre cómo colocarse son mucho más estrictas que en otras prácticas. También se observa la respiración y los pensamientos desde el no juicio.
Meditación en movimiento
¿Meditar en movimiento? ¡Sí, se puede! Si eres de esas personas a las que les cuesta quedarse en posición sentada o estirada, quizá esta puede ser una mejor opción para ti. Este tipo de meditación consigue que estemos presentes en el aquí y ahora —sin juzgar lo que está pasando— mediante el movimiento.
¿Has practicado yoga alguna vez? Si has respondido que sí, ¡ya has practicado este estilo! Otras disciplinas que se incluyen dentro de este tipo de meditación son el tai chi y el Qi Gong.
Otros tipos de meditación
Hasta este momento se han expuesto seis tipos de meditación, pero debemos recordar que no son los únicos. Al contrario, es fácil que al buscar tipos de meditación aparezcan otras muchas opciones.
Algunas de ellas son: meditación hooponopono, vipassana, kundalini, toglen, chakra, etc. Lo importante es que cada persona encuentre el estilo que mejor se adapte a sus necesidades.
¿Cómo hacer meditación?
Ya lo hemos dicho más veces a lo largo del artículo, pero es importante que volvamos a recordarlo una vez más. No hay un tipo de meditación mejor que otro, sino que lo importante es encontrar el estilo que mejor se adapte a cada persona y sus necesidades. Está bien que podamos permitirnos explorar diversas prácticas y modalidades hasta que demos con la que mejor nos encaja.
De hecho, observar qué efectos tiene cada estilo y cada práctica en nuestro organismo ya puede considerarse una meditación en sí. Es elemental tener presente que, dependiendo del estilo, puede haber ciertas diferencias en cuanto a las características y necesidades de la práctica. A veces, es más fácil empezar con alguien experto.
Algunos aspectos generales a tener en cuenta a la hora de meditar son los siguientes:
- Usar ropa cómoda, que no apriete.
- Disponer de un lugar tranquilo.
- Asegurarnos de que no tendremos interrupciones.
La mayor parte de las prácticas se realizan en posición sentada. La persona puede decidir si quiere tener los ojos abiertos o cerrados, aunque se suele recomendar cerrarlos. Seguidamente, se observa la respiración, sin intentar cambiarla, sin juicio. La respiración o la imaginación pueden ayudar a mantener la mente focalizada en el presente. Poco a poco se trata de cultivar la aceptación y no anclarnos en los pensamientos que aparecen.
No podemos olvidar que, como casi todo en esta vida, es cuestión de práctica. Habitualmente nos cuesta parar y centrarnos en el presente. Más complejo suele ser aún soltar el juicio y conectar con la aceptación incondicional, la validación y la compasión. Así que hay ciertas habilidades que tendremos que cultivar con paciencia y repetición.