Meditación hooponopono, ¿alternativa a la terapia?

La meditación hooponopono, como veras a continuación, es una técnica de sanación milenaria que cada vez toma más presencia en medios de comunicación, en talleres, cursos, o redes sociales. Su éxito actual tiene que ver con las promesas que hace respecto a nuestra propia curación. Pero, ¿es realmente efectiva? ¿es una alternativa a la terapia? Te contamos en qué consiste esta meditación y cuán efectiva es.

¿Qué es la meditación hooponopono?

La meditación hooponopono es una técnica de curación milenaria procedente del chamanismo polinésico. Concretamente, su origen y desarrollo lo podemos situar en Hawai.

Pero el hooponopono va mucho más allá que una práctica meditativa, ya que está enmarcada en toda una filosofía, en toda una forma de afrontar el malestar, las dificultades vitales, los procesos de perdón, y, en definitiva, de sanar nuestro interior y desprendernos de lo que nos estanca y bloquea.

Vamos a ver un poco más en profundidad esto.

Bajo la filosofía del hooponopono, se entiende que las personas somos enteramente responsables de lo que nos ocurre y de que tenemos, también, la responsabilidad para sanar y mejorar nuestro bienestar en la vida. Es decir, que cada persona es dueña de su propia realidad, y que esta realidad va a depender de lo que nos esté pasando dentro. De hecho, en la antigua Polinesia, se tenía la creencia de que la enfermedad o la escasez en las cosechas -entre otras penurias- estaban muy relacionadas con aquellos asuntos que no estaban resueltos en nuestro interior, y, especialmente, con errores que hemos cometido y que no hemos enmendado. Es por esto que a la meditación hooponopono también se la conoce como la “meditación del perdón”.

Esta tradición ancestral fue desarrollándose y ya no solo fue empleándose para rectificar o corregir errores, sino para limpiar nuestra energía y hacernos responsables de nuestra curación ante las diferentes adversidades que se nos presentan. De hecho, la palabra hawaiana Ho’oponopono se puede traducir como “higiene mental” o “limpieza mental”.

La forma en la que esta limpieza mental se consigue, y a través de la cual se espera -en esta tradición- llegar a la autosanación es mediante la meditación Hooponopono. Consiste en hacer respiraciones profundas mientras se repiten mentalmente los siguientes mantras: “lo siento”, “perdóname”, “te amo”, “gracias”. Es decir, manteniendo los ojos cerrados y en una postura meditativa, vas repitiendo de forma continua y seguida estas palabras, una y otra vez. Y, ¿por qué estas palabras? Porque cada una de ellas tiene relación con los principios del Hooponopono: reconocer nuestros errores, hacernos responsables de lo que vivimos, actuar desde la gratitud, e integrar todo ello desde el amor y la autoayuda. En conjunto, las frases podrían decir algo así como “perdona por la parte que hay en mí que está creando esto”.

En conclusión, la meditación hooponopono pretende que, al responsabilizarnos de nosotras y nuestro estado, nos podamos liberar, llegar a la paz y equilibrio, y aprender de la adversidad para llegar a un mayor crecimiento.

Meditación hooponopono

¿Qué hay de real en la meditación hooponopono?

Vale, muy bonito hasta aquí, ¿verdad? Pero… ¿es todo tan bonito, fácil y sencillo?

Quizá haya aspectos de la tradición del hooponopono con los que estés de acuerdo o que a ti, personalmente, te sirvan de ayuda. Y está bien si es así. Tú te conoces y eres libre de decidir sobre lo que sientes que necesitas. Pero analicemos un poquito está práctica.

Es cierto que las personas tenemos una gran capacidad para tomar la responsabilidad sobre la manera en la que afrontamos las adversidades. Esto es lo que conocemos como resiliencia: la capacidad para afrontar, aprender, y transformarnos y crecer ante las dificultades que vivimos. Tenemos recursos que podemos usar para ello, y, en el caso de no tenerlos, podemos desarrollarlos. Pero, ¡ojo! No somos responsables de todo lo que nos sucede, ni por supuesto somos culpables de nuestro malestar. Estos mensajes, lejos de ayudarnos, nos hacen sentir culpables y frustradas cuando no podemos solas. Y la realidad es que no siempre podemos solas… y, ¡está bien que sea así!

En este sentido, cuando se trata la meditación hooponopono como un recurso de autoayuda, tenemos que tener en cuenta que esto no es realista y que, cuando se anuncia como tal, se están creando unas expectativas falsas que flaco favor pueden hacernos. Además, se está tirando por tierra un recurso tan importante como es la terapia psicológica.

Por otro lado, en relación a que la meditación hooponopono se use como método para el perdón, ¡ojo también! El proceso de perdón -tanto hacia otra persona como a nosotras mismas- es difícil y puede estar asociado a trauma. Por tanto, es necesario procesarlo con tiempo, cuidado y, en muchas ocasiones, con ayuda. Además, no en todo momento estamos preparadas para perdonar y eso no nos hace peores personas, ni tampoco culpables de nuestro malestar.

En definitiva, lo haces lo mejor que puedes con los recursos que tienes. Por eso es esencial que huyamos de discursos que nos hacen sentir culpables de cómo estamos o de lo que nos pasa.

¿Puede la meditación hooponopono ser una alternativa a la terapia?

Al principio te decía que esta técnica está popularizándose cada vez más, y esto tiene mucho que ver con las promesas o garantías que suelen darse derivadas de su uso. En muchas ocasiones, la meditación hooponopono se anuncia como una solución a los problemas, como una forma de aumentar la autoestima, como un método de autocuración efectivo, como una vía para superar traumas, e incluso como una cura para la ansiedad y la depresión.

Ahora bien, es esencial que no confiemos en soluciones mágicas ante problemas tan complejos como son la ansiedad, la depresión, o el trauma, u otros tantos que nos pueden estar generando malestar. Estas situaciones necesitan ser abordadas en un contexto terapéutico y con el acompañamiento de un/a psicólogo/a, para que puedas ir a la raíz del malestar actual, y, con comprensión, compasión, empatía, tiempo y cuidado, vayas desarrollando herramientas que te ayuden a afrontar la realidad de tu vida.

Desde la meditación hooponopono, frecuentemente, se dan garantías de aumentar el bienestar general con su práctica. Sin embargo, nuestro bienestar tiene muchas patas, y hay que revisar todas ellas para que la silla sobre la que nos apoyamos no se quede coja. No existen trucos, ni soluciones sencillas o rápidas.

Es cierto que la meditación es un recurso muy potente para cuidar nuestra espiritualidad y nuestra salud en general, ya que tiene beneficios como el entrenamiento de la atención plena o la relajación, entre otros. En este sentido, quizá sientas que te gusta o te viene bien practicar la meditación hooponopono, ¡genial!

Lo que sí es importante que hagamos es elegir lo que hacemos con información y expectativas reales, y que nos podamos preguntar para qué estamos haciendo lo que hacemos. Si utilizamos esta meditación como un método de autosanación, autocuración, autoayuda, o como la única forma de solucionar nuestro malestar, es esencial saber que es probable que acabemos poniendo parches a lo que realmente nos pasa y que nos sintamos frustradas al no conseguir estar mejor. Puede ocurrir, incluso, que nos sintamos peor en algunos casos en los que esta práctica toque heridas que no tenemos curadas.

Como ves, la meditación hooponopono no ha de considerarse una alternativa a la terapia. Es en terapia donde podemos trabajar de forma profunda y efectiva los problemas que tenemos en nuestra vida. Así que, porfi, ten cuidado de confiar en alternativas que se anuncian bajo el paraguas de la autosanación y que te hagan sentir responsable de todo. No quieras sanar rápido, sino sanar bien.

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Psicóloga especializada en bienestar emocional con perspectiva integradora, aunando la rama cognitivo conductual junto con la que considera base de su perfil profesional: las Terapias de tercera generación.

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