Cómo pedir ayuda cuando estoy sobrepasada

Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al Podcast de Somos Estupendas. Hoy vamos a hablar sobre cómo pedir ayuda cuando estoy sobrepasada. Somos muchas las personas que nos sentimos así, por múltiples motivos que hoy conoceremos, y puede que nos cueste pedir apoyo a nuestro entorno de confianza.

Para aprender cómo hacerlo nos acompaña Ainhoa, psicóloga del equipo de psicólogas de Barcelona, a la que ya conocéis de un anterior podcast sobre la cultura del esfuerzo, el cual os recomendamos muchísimo que escuchéis, ya que está muy relacionado con el poder pedir ayuda.

Cómo sé que estoy sobrepasada

Cuando hablamos de estar sobrepasadas emocionalmente hablaríamos de un cansancio emocional extremo. La fatiga emocional, por ejemplo, el síndrome de burnout en el trabajo.

El cansancio se puede resumir en dolores de cabeza, migraña, problemas para dormir (tanto el insomnio como la hipersomnia), falta de motivación, tener menos paciencia y más irritabilidad, problemas gastrointestinales… La sintomatología puede estar vinculada a cuadros de ansiedad o depresión.

Cuando hay época de exámenes o proyectos más exigentes del trabajo puede que aparezca esta sintomatología. Puedes sentirte sobrepasada, pero sabes que hay un fin, que esto acabará y en general se puede ir sobrellevando. El problema aparece cuando esta sintomatología se tiene de forma constante, y la sensación de sobrepaso no cesa.

Por qué me siento sobrepasada

Estas personas sienten que siempre dan más de lo que reciben. Las personas con rol de salvadora personas acaban teniendo esta sintomatología. Personas que no saben decir que no porque sienten que estarán fallando, que van a decepcionar, por lo tanto, se fuerzan constantemente.

Una causa del sobrepaso es nunca permitirse parar o descansar.

Personas con pocas actividades de autocuidado. Personas que se enfocan siempre más en los demás y en tareas, que no tienen momentos de disfrute. Si no queda nada para ti puede que te sientas sobrepasada.

Coger más responsabilidad o siempre estar para los demás. Si se te enseña que todo lo puedes hacer y que todo se puede conseguir solo con esfuerzo, tendrás mucha dificultad para permitirte fallar y miedo al fracaso. Pero errar es el proceso natural del aprendizaje, no siempre podemos conseguirlo todo.

Problemas cuando pedimos ayuda

No saber cómo pedir ayuda cuando estoy sobrepasada puede derivar en un gran sentimiento de soledad. Si deseas saber cómo ayudar a alguien que lo está pasando mal, o como evitar esta dificultad, aprende sobre los problemas más frecuentes que dificultan pedir ayuda:

Nunca he pedido ayuda

Ponerse la etiqueta de “nunca he pedido ayuda”. Directamente no le cuentan nada a nadie o están desconectadas de su malestar. No relacionan su malestar con lo que les está sucediendo. Puede que sean personas que hayan pedido ayuda y el feedback que han recibido ha sido una crítica, o personas donde su malestar no se validaba ni se escuchaba. Has aprendido que lo mejor era no pedir ayuda, pero ¿esto te sigue sirviendo?

No quiero molestar

Si vienes de un entorno donde has aprendido que tus angustias molestan o incomodan, se acaba quedando grabado. Compartir tu problema no implica que la otra persona tenga que salvarte, simplemente que tengas un espacio donde poder expresarte y sentir que te escuchan. ¿Por qué ibas a molestar en ese caso? ¿A ti te molesta que alguien te hable de sus problemas?

Quizá tú te has forzado y te has sentido en la obligación de salvar a la gente que te pide ayuda o no has sabido cómo poner límites. Pero esto no significa que el resto de personas se sientan así o se fuercen a escucharte. No leemos mentes. No podemos dar por hecho lo que otra persona piensa.

Altas expectativas

¿Has pedido ayuda y lo que te han devuelto no era lo que necesitabas? No esperes a que la gente se dé cuenta, es importante que tú puedas manifestar lo que necesitas, porque, de nuevo, no podemos leer la mente de los demás. La comunicación es esencial en este caso y no anticipar.

Miedo a ser vulnerable

Muchas veces aparece el miedo de compartir algo que nos duele y que la otra persona pueda aprovecharse de ello. La vulnerabilidad va de poder parar y conectar con lo que sientes. Si no sabes qué te pasa o qué necesitas no serás capaz de pedir ayuda.

Si pido ayuda soy débil

Muchas personas no se permiten pedir ayuda porque se consideran débiles si lo hacen. Pero, si a ti alguien te pide ayuda, ¿la ves débil? ¿Y por qué tus reglas del juego son distintas a las del resto?

Todo el mundo tiene derecho a pedir ayuda.

Elevada culpabilidad

Hay mucha frustración cuando no conseguimos algo. Te enfadas contigo. Planteemos la frase diferente. En lugar de desde el enfado, porque saldrá la culpa, prueba desde la aceptación. Esto no ha salido como esperaba, veré qué puedo hacer la próxima vez. Si no lo aceptas y te quedas con un enfado dirigido a ti misma, entraremos en un bucle y será mucho más difícil de cambiar.

Creencias interiorizadas

A veces caemos en nuestras propias trampas, las creencias limitantes toman control. Nos decimos que no tenemos tiempo para estar mal, que somo así y no podemos cambiar, etc. Todas estas narrativas generan unas limitaciones en nuestra vida que nos alejan de poder conectar y de poder permitirnos espacios para estar mejor.  

¿Qué sucede con pacientes racializadas?

Ainhoa nos trae un apunte muy relevante para las pacientes que son racializadas. Muchas veces las personas racializadas hablan de que los problemas de salud mental son cosas de blancas. Hay actualmente mucha discriminación y trauma generacional. Decir este tipo de frases es una forma de autoprotección, es otra forma de desconectar con lo que te pasa.

A veces hablamos de permitirnos conectar, pero hay personas que necesitan continuar desconectando, porque exponerse a esas formas de discriminación que todavía existen te acaba pasando más factura.

Hay muchos esfuerzos por romper patrones familiares y generacionales, así que un simple recordatorio: tienes derecho a hacer las cosas diferente y a sentirte mejor.

Pedir ayuda requiere un trabajo tremendo de autoestima y de autoconocimiento.

Cómo pido ayuda

Llegado este punto, quizá te preguntas qué hago si necesito ayuda psicológica.

  • Aprovecha las tecnologías: es complicado coincidir con tus amistades en la rutina que llevamos. Tenemos actualmente muchas opciones para mantenernos en contacto con nuestras amistades con frecuencia.
  • Medita sobre qué personas son de confianza.  

Atiende a las señales de tu cuerpo

Imagina que te levantas y te pones a trabajar. Abres el portátil y de repente empiezan a salir muchas pestañas y mensajes en tu pantalla. Que estas ventanas que saltan no dejan de aparecer, cierras una y salen tres. Cada vez que quieres hacer algo en tu ordenador aparecen más y tienes que cerrar un montón de pantallas.

En lugar de hacer algo, imagina que lo dejas pasar y sigues trabajando. Tienes que continuar con las tareas y las fechas límite del trabajo. Al segundo día no podrías más, intentarías solucionar el problema informático para evitar que estas ventanas aparecieran.

¿Cuántas veces nos pasa esto en nuestra vida? El cuerpo te envía señales de que necesita parar, de que no puede más, incluso literalmente el cuerpo en ocasiones te para, y nos empeñamos en forzarnos y seguir.

Ejercicio para pedir ayuda

Quizá invalidas lo que te sucede, piensas que no es para tanto o que tus problemas son una chorrada. Así que hagamos el siguiente ejercicio:

  • Piensa en un momento en el que te hayas sentido sobrepasada y no hayas pedido ayuda.
  • Piensa en la lista de esas demandas y cosas que debes hacer y superan de esa situación.

Imagínate en un cine a solas. Lo que vas a ver en pantalla es un corto de una persona que lo que hace es esa lista de cosas que has pensado. Céntrate en esa persona.

La película se acaba y sales de la sala. ¿Cómo crees que se siente esa persona? ¿Qué crees que necesita? Conecta con lo que te genera verla.

Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.

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El contenido ha sido redactado con fines divulgativos, en ningún caso puede sustituir la valoración de un profesional. El artículo ha sido revisado por el equipo de redacción clínica.

Humana en constante aprendizaje y evolución, además de cofundadora y CEO de Somos Estupendas y futura psicóloga.

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