Cultura del esfuerzo | Ep. 109

Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al Podcast de Somos Estupendas. Seguimos con la temporada y para el tema de hoy nos acompaña Ainhoa del equipo de psicólogas de Barcelona. Tema importante porque nos pasa sin darnos prácticamente cuenta. Esto os va a interesar tanto a las personas adultas como a aquellas que tengáis hijos/as o peques cerca. Vamos a hablar de la cultura del esfuerzo.

Qué es la cultura del esfuerzo

Es el conocimiento de que las cosas se consiguen o se logran esforzándonos. Hasta aquí puede parecer básico, pero el problema es cuando entramos en frases como “querer es poder”, “con esfuerzo conseguirás lo que quieres”, “es que no tienes fuerza de voluntad”, “no te has esforzado lo suficiente”, etc.

La cultura del esfuerzo también está muy presente en la religión con frases como “Dios no da más de lo que puedas soportar”. Puede ser así, pero ¿cómo lo soporto si no tengo herramientas o no tengo en cuenta todo el contexto y lo que tienes encima?

Origen de la cultura del esfuerzo

La cultura del esfuerzo no es algo reciente, no es un suceso moderno. Si queremos buscar los inicios nos tenemos que ir muy atrás, a la revolución industrial. En aquella época se utilizaba el discurso de la cultura del esfuerzo para manipular a los trabajadores para fueran a las fábricas: “Hay que esforzarse y las cosas irán mejor”.

Esta forma de ver la vida pone el foco del problema en los que están abajo. Nos victimiza, y aumenta el sentimiento de culpa sobre lo que nos pasa. Si buscamos ejemplos concretos podríamos hablar de la sanidad y de la salud mental en España. El plan de salud trató de cambiar las cosas desde arriba, pero se dijo que no, dejando la salud mental en manos de la responsabilidad individual.

El sistema, en lugar de cambiar desde arriba, nos deja en situación de desamparo. Del mismo modo pasa con las violencias sexuales. No se pone el foco en el lugar correcto, en las políticas, en la educación… se pone el foco en las mujeres, se las responsabiliza a ellas a través de lo que llevan puesto o los sitios a los que van. Y nosotras en muchas ocasiones interiorizamos también ese discurso, sintiéndonos muy culpables.

Consecuencias de la cultura del esfuerzo

Si buscas en Google las consecuencias de la cultura del esfuerzo, lo que probablemente encontrarás son consecuencias positivas. Son muy comunes los artículos como Las 10 razones por las que tienes que educar a tus hijos en la cultura del esfuerzo, Los 5 tips más importantes de la cultura del esfuerzo. Estos artículos hablan de cosas importantes como el compromiso, pero no se habla de la parte negativa.

Esto genera que nos comparemos mucho con otras personas. Hay gente a la que no le cuesta ponerse a estudiar o ponerse a trabajar… ¿por qué a mí sí? Esto hace que te machaques y puede derivar en una gran ansiedad en el trabajo. Te juzgas y que no piensas en cómo te encuentras o cuáles son tus circunstancias. Te fuerzas a poder igual que el resto, sin tener autocompasión.

Los privilegios y el esfuerzo

Un privilegio es una característica física, social o económica bien vista en la sociedad y que te hará las cosas más fáciles. Hay personas que solo por su identidad tendrán más oportunidades o más barreras. De forma clara podríamos hablar del techo de cristal en las mujeres. Se nos mandan los mismos mensajes a hombres y mujeres: esfuérzate y lo conseguirás. Pero no partimos del mismo punto, no tenemos el mismo camino que recorrer.

Consecuencias como tener que ser la madre perfecta, una superwoman. Desde tener que poder con todo, la perfección, las creencias negativas de que nada es suficiente… que acaba por convertirse en que tú no te sientes suficiente. Por lo tanto, aparece la baja autoestima, la ansiedad, la sobrecarga, la depresión o tristeza constante debido a la frustración de no llegar a las inalcanzables expectativas que te imponen.

Esto sucede también, por ejemplo, con el caso de las personas racializadas. Es importante no machacarse y ser consciente de la base desde la que partimos. En caso contrario, te estarás enfadando contigo misma de forma injusta.

Cómo reducir la autoexigencia

Piensa qué ha pasado esta semana, qué hay en tu cabeza, cómo te está afectando lo que te ha sucedido… Reducir la autoexigencia y el perfeccionismo y deshacerte de la cultura del esfuerzo no es tarea fácil. Pero aquí te proponemos algunos consejos para que puedas empezar:

Valídate

Partimos muchas veces en terapia con la idea de querer cambiar quién somos, como si quienes somos fuera algo malo. Valida quién eres. No se trata de que tengas que convertirte en otra persona, sino de que aceptes quién eres y te enfoques en cómo hacer para llevarte mejor contigo.  

Cambia el foco del esfuerzo

Nos esforzamos en ser otra persona, en no estar mal… En lugar de centrarnos en qué herramientas tenemos o qué podemos hacer para estar mejor. ¿Qué puedo hacer para lidiar mejor con la tristeza? Y, ¡ojo!, eso no significa obligarte a estar feliz. Significa reconocer que estás triste y conectar con qué necesitas para sentirte mejor.

Vigilar el diálogo crítico

El diálogo interior se puede cambiar, se puede mejorar. No siempre te has hablado mal, y esos hábitos pueden revisarse. Cómo mejorar el diálogo interno y la autocrítica es un reto. Trata de ser consciente de desde dónde y para qué aparece esa gran autoexigencia.

Justo estamos hablando de la cultura del esfuerzo, y con el bienestar psicológico pasa muchísimo. Es probable que tú sola no puedas gestionar y aprender cómo reducir este malestar. Recuerda que no hay nada de malo en pedir ayuda. Esperamos de corazón que este podcast os haya servido de algo, tanto para ser más compasivas con vosotras y con vuestro entorno.

Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.

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Humana en constante aprendizaje y evolución, además de cofundadora y CEO de Somos Estupendas y futura psicóloga.

2 comentarios en «Cultura del esfuerzo | Ep. 109»

  1. Buenos días:
    Ante todo, daros mi enhorabuena por el programa, ya que creo que es fundamental en los tiempos que corren, que se hablen de todos estos asuntos, que vosotr@s planteáis.
    Os sigo desde hace un par de meses, y todos me parecen super interesantes, y constructivos, pero si me gustaría dejaros un pequeño apunte constructivo, respecto al formato que seguíis.
    Soy una persona que me dedico al medio y me resuena muchísimo que durante la entrevista, hay veces que es la propia presentadora la que coge más protagonismo que el propio entrevistado, de esta manera ( bajo mi humilde opinión ) se desvía la atención.
    El protagonista de una entrevista, tiene que ser siempre el personaje entrevistado. Por eso, el entrevistador nunca se debería de convertir en protagonista, acaparando la conversación o alargando demasiado sus comentarios, ya que de esta manera, se pierde el peso e interés de la temática que en ese momento en cuestión, se está tratando.
    Como he indicado anteriormente, es simplemente mi humilde opinión.
    Un saludo.

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