Presión social: Qué es y ejemplos | Ep. 106

Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al Podcast de Somos Estupendas. Hoy despedimos el año, ¡ya que nos tomaremos un descanso hasta enero! Volveremos con nuevos temazos y llevando la salud mental al máximo de personas posible.

Para este último podcast de la temporada María, del equipo de psicólogas online del equipo, nos va a hablar de algo que no habíamos traído todavía y que sufrimos todas las personas: la presión social. Os daremos ejemplos y herramientas para combatirlo, ¡así que vamos allá!

Que es la presión social

Cuando hablamos de presión social hablamos de la influencia que tiene el grupo sobre las personas individuales. Las presiones las podemos sentir de muchas formas y viniendo de muchos lugares.

Como personas tenemos la necesidad de sentir que formamos parte. Que somos vistas, valoradas y bien recibidas. Es una necesidad básica que nos ayuda a crecer desde la infancia, evitándonos posibles crisis de identidad. Es muy importante sentir que en casa nos ven, que aprueban cómo somos e ir encontrando nuestro lugar en la familia.

Cuando crecemos y salimos al mundo es lo mismo. ¿Dónde encajo en este mundo? ¿Qué lugar ocupo? ¿Y está bien o no este lugar que estoy ocupando? Justo esa sensación de bien/mal le da sentido a este podcast, a observar qué nos dice esa presión social.

La palabra presión parece que tiene que ser algo directo y puntual, pero la presión social no es nada obvia. Es como un aura que está todo el tiempo ahí, aunque no haya algo directo, puntual o claro.

Ejemplos de presión social

Hay tanta presión en todo lo que hacemos… desde cosas más trascendentales a cosas cotidianas del día a día. Las presiones pueden ser tan invisibles que nos podemos pensar que es algo que deseamos sin habérnoslo planteado, o sin analizar los motivos que nos mueven. Aquí te comentamos algunos ejemplos de presión social:

La maternidad

Para las mujeres, la maternidad es algo que se espera de ellas ya desde los primeros años de vida y los primeros juguetes. La creencia de que la mujer es por naturaleza un ser cuidador y con instinto maternal, genera ya unas expectativas y una educación que limita y marca el camino de las mujeres deberían seguir.

Tener pareja y casarse

La sociedad está montada para parejas y familias. En las reuniones familiares nunca falla el comentario a la persona soltera: “¿ya tienes pareja?” o “a ver si te echas novio/a”. Tenemos una parte de nuestra autoestima conectada al hecho de tener una relación y sentimos que es algo malo estar en soltería.

Depilarse

La depilación y otras exigencias y cánones, especialmente reposados sobre el cuerpo de las mujeres, son una gran fuente de malestar. No es cómodo sentir las miradas de juicio de la gente o escuchar los continuos comentarios y opiniones de la sociedad al respecto. Estar en el foco constante de juicios puede desencadenar fobia social. Depilarse no es una elección libre, ya que es una presión social, como los ejemplos anteriores.

Cómo combatir la presión social

No es lo mismo sentir presión en la etapa adolescente o en la etapa adulta. La adolescencia lleva intrínseco ese afrontamiento de la presión social. Durante la infancia se está integrada en el grupo familiar. La identidad en la adolescencia se termina de asentar, y para poderla construir necesitamos alejarnos de ese grupo al que inicialmente pertenecemos.

Para poder ver quiénes somos sin la presión social, por ejemplo, debemos parar y escucharnos. Trabaja en tu autoconocimiento. Pregúntate qué es realmente para ti aquello que sientes que debes hacer. Por ejemplo, qué significa para ti la maternidad. ¿Para ti tiene el significado que la sociedad te dice? Contacta contigo, pásalo por tu filtro.

Es necesario sentir que tenemos un lugar.

Diferencia entre una duda puntual o un mal día, de una duda constante sobre ti, sobre quién eres, sobre si eres suficiente. La presión social puede estar bajo la conciencia de que es algo que existe, como quien sabe que está mejor visto bajar a comprar en vaqueros en lugar de en pijama. Pero la presión social que duele y se queda a vivir en ti es la que necesitamos gestionar. Acompáñate, con mimo, a reconocer lo que es tuyo y lo que no.

Trabaja también en tener tu propio grupo, más pequeño que la sociedad. No puedes con todo sola. Somos seres sociales y codependientes y nos relacionamos constantemente. Requerir caricias y validación es algo que todas las personas necesitamos.

Qué consecuencias puede traer la presión social

Cuando no cumplimos la presión social lo primero que aparece es la duda. La duda de si quienes somos está bien o no. ante la presión social puede aparecer la duda de si, donde me encuentro, está bien visto lo que hago. La duda puede quedarse un breve tiempo hasta que te sientas integrada en el grupo, o que la duda enraíce en ti, aumentando las posibilidades de sufrir ansiedad social.

Cuando la duda enraíza y nos hace sentir que no encajamos es cuando aparece el malestar: sentirte no válida, insuficiente, pensar que no lo haces bien… pudiendo quedarse muy grabado en nuestra identidad.

Y no es lo mismo tener una identidad con la que te sientes firme y cohesionada y a raíz de ahí poder ver que encajas o no encajas en ciertos lugares. Pero cuando la presión social entra desde puntos tan distintas y no lo puedes recibir desde un centro e identidad estable es cuando pueden llegar muchísimas dudas y dolor. A veces, puede parecer que la identidad está solo en cosas concretas, pero está en todo, en todas las situaciones que vivimos.

Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.

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El contenido ha sido redactado con fines divulgativos, en ningún caso puede sustituir la valoración de un profesional. El artículo ha sido revisado por el equipo de redacción clínica.

Humana en constante aprendizaje y evolución, además de cofundadora y CEO de Somos Estupendas y futura psicóloga.

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