El trastorno de síntomas de somatización es la tendencia a experimentar y manifestar el malestar psicológico a través de síntomas somáticos. En este artículo abordaremos este trastorno y el trastorno de conversión, dos trastornos somáticos poco conocidos, pero con una incidencia en la sociedad mayor de lo que se cree.
La somatización aparece en el día a día de todos, aunque suele cobrar especial relevancia en los niños pequeños que aún no han desarrollado sus habilidades cognitivas y lingüísticas para comprender y expresar sus emociones.
¿Qué son los síntomas somáticos?
Los síntomas somáticos son síntomas físicos desagradables que aparecen en el contexto de un malestar psicológico o emocional. Estos síntomas no se explican por ninguna enfermedad médica conocida.
Es importante entender que todos somatizamos. Por ejemplo, cuando nos duele la cabeza después de un día estresante en el trabajo o cuando sentimos dolor en el estómago antes de una presentación oral. Estos síntomas somáticos son normales y comunes, pero a veces lo que ocurre es que pueden volverse muy poderosos y no dejarnos funcionar correctamente en el día a día.
Las emociones y el estrés se expresan en nuestro cuerpo de maneras diversas. Aquí puedes ver cómo se manifiesta la ansiedad en el cuerpo.
Los síntomas somáticos no son inventados o exagerados por la persona. Son reales, de la misma forma que lo son las lágrimas y el sentimiento de tristeza. Puede ser más fácil identificar como síntomas somáticos la cefalea o el dolor de estómago, pero también pueden serlo el mareo o el entumecimiento.
Síntomas somáticos
Síntomas somáticos que implican dolor
Puede pasar que la persona manifieste dolor en su cuerpo o en una parte de éste. Como consecuencia, en ocasiones la persona puede necesitar de ayuda para caminar o para realizar las actividades de la vida diaria.
Síntomas neurológicos funcionales
Son síntomas de alteración de la función motora o sensitiva voluntaria.
- Debilidad o parálisis: pérdida de fuerza en una parte del cuerpo o pérdida de movilidad.
- Movimiento anormal: temblores, alteración de la marcha, distonía o movimientos involuntarios bruscos.
- Síntomas en la deglución.
- Síntomas al hablar: afonía, entre otros.
- Ataques o convulsiones.
- Síntomas sensoriales: pérdida sensitiva, anestesia…
Otros síntomas somáticos
Además de los mencionados anteriormente, también puede haber otros, impliquen o no dolor, como por ejemplo la fatiga.
Trastornos somáticos
El trastorno de síntomas somáticos
Consiste en uno o más síntomas somáticos que causan malestar o problemas significativos, como por ejemplo no poder acudir al trabajo debido a los síntomas. A ello se le añade pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos relacionados con los síntomas o con la preocupación por la salud:
- Pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la gravedad de los síntomas.
- Ansiedad elevada debido a la preocupación por la salud o los síntomas.
- Tiempo y energía excesivos en relación a los síntomas o a la preocupación por la salud.
El trastorno de síntomas somáticos consiste en uno o más síntomas que causan malestar o problemas significativos; y pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos.
El trastorno de conversión
Presencia de uno o más síntomas de alteración de la función motora o sensitiva voluntaria, que causa malestar significativo o deterioro en el funcionamiento.
La diferencia que existe entre este trastorno y el trastorno mencionado con anterioridad son el tipo de síntomas y los pensamientos, sentimientos o comportamientos que no tienen por qué estar presentes en el trastorno de conversión para que éste se dé.
Los síntomas propios del trastorno de conversión también son incompatibles con las afecciones médicas o neurológicas reconocidas.
Para poder realizar el diagnóstico de este trastorno en particular, se requiere el uso de un test o examen neurológico.
En el trastorno de conversión existe uno o más síntomas de alteración de la función motora o sensitiva voluntaria, como por ejemplo parálisis, convulsiones o ceguera.
Causas de un trastorno somático
El cuerpo y la mente están conectados y se comunican. Las emociones se expresan en nuestro cuerpo, de la misma forma que nuestro cuerpo puede desencadenar sentimientos (prueba a sonreír ahora mismo, ¿cómo te sientes?).
La somatización aparece debido a la gran conexión cuerpo-mente. Si bien todos somatizamos, no todas las personas tienen síntomas graves o trastornos. A continuación se detallan factores que pueden influir en el desencadenamiento de un trastorno somático.
- Se ha visto que existe una asociación entre estos trastornos y alteraciones en la regulación de las emociones.
- Los factores genéticos predisponen a tener malestar corporal y dolor crónico.
- Los factores de riesgo para desarrollar síntomas somáticos severos incluyen negligencia durante la infancia, abuso sexual, un estilo de vida caótico o una historia de abuso de sustancias.
- En los niños, cualquier situación que provoque estrés o ansiedad puede desencadenar los síntomas somáticos, incluso si a los adultos no les parece algo importante. Estas situaciones pueden ser un bajo rendimiento académico, una pequeña lesión física, la enfermedad de un amigo o familiar o cambios en la situación familiar. A veces, la causa de los síntomas resulta ser un estresor que es la gota que colma el vaso: una situación que aparece como la última anteriormente a la presentación de los síntomas, pero ya ha habido una historia de muchos estresores que han afectado al niño.
La gravedad de un estresor no puede ser juzgada por otra persona, solo por la misma que lo está sufriendo.
Que se den factores de riesgo y/o estresores en una persona no significa que ésta vaya a desarrollar un trastorno somático. De la misma forma, es posible no identificar estresores o situaciones complicadas en una persona que presenta los síntomas.
Tratamiento de un trastorno somático
Generalmente, los síntomas serán observados en hospitales o consultas médicas, y este es el primer paso imprescindible para poder hacer un buen diagnóstico.
Al empezar a tener síntomas que impiden el buen funcionamiento de la persona es muy importante acudir al médico para que lo valore. Solo puede hacerse el diagnóstico psiquiátrico si no se encuentra una enfermedad médica conocida que pueda explicar los síntomas, ya que si no, no se trataría de un trastorno somático y, por lo tanto, debería de ser tratado como una enfermedad orgánica.
Diferentes enfoques
En BC Children’s Hospital sugieren usar el enfoque de “andando dos caminos” cuando hay sospecha de somatización. Este enfoque consiste en buscar posibles condiciones médicas y al mismo tiempo evaluar y tratar a la persona de la posible somatización.
De esta forma se aseguran los dos caminos: asegurarse de realizar pruebas médicas por si se encuentra una enfermedad que explique los síntomas y empezar el tratamiento psicológico para la somatización lo antes posible.
Psicoeducación
La psicoeducación de los trastornos somáticos es importante. Se debe explicar a la persona qué es la somatización, validar su experiencia, describir la relación entre el cuerpo y la mente y explicar el tratamiento.
Acompañar y validar
Se debe recordar que, aunque los síntomas no tienen una explicación médica, existen. Puede ocurrir que las familias crean que la persona exagera los síntomas o que incluso los finge. Es importante explicar que no es así, que la sensación de dolor, o lo que sea que provoquen los síntomas, es real.
Recuperar la funcionalidad
Es importante reducir el impacto que los síntomas tienen en la propia calidad de vida: aunque existan síntomas muy limitantes se deben buscar alternativas y dar apoyo para que la persona pueda normalizar su vida lo máximo posible.
Dificultades
En ocasiones puede resultar difícil que la persona crea que lo que le pasa es que está somatizando, rechazando el tratamiento psicológico en algunos casos. Se debe explicar que la intervención psicológica puede ayudarle en otros ámbitos, como por ejemplo en la gestión de las emociones o para tratar la depresión o ansiedad que a veces se encuentran presentes simultáneamente a estos trastornos.
Ante un trastorno somático es importante acudir a un especialista, psicólogo o psiquiatra.
Aunque los síntomas somáticos graves no sean comunes, es importante conocer los trastornos somáticos para entender mejor a las personas que los sufren. También es de gran importancia entender cómo se comunican nuestras emociones con nuestro cuerpo, para así conocernos mejor. Con estas técnicas de relajación para la ansiedad podrás calmar tu cuerpo a la vez que tu mente, fomentando el bienestar.