Vivimos desconectadas, apresuradas, exigidas. Y en ese ritmo, nos cuesta encontrar espacios para escucharnos, sentirnos, experimentar y disfrutar del placer. Entonces, cuando sentimos bloqueos o desconexión en nuestra sexualidad, podemos llegar a pensar que hay algo mal en nosotras. 

Pero no es así. 

La sexualidad florece cuando el cuerpo se siente seguro, presente, cuidado y respetado. No se trata de forzarnos a sentir, sino de crear un contexto que nos permita habitar el cuerpo, el placer y la sexualidad desde el cuidado.

En este taller abriremos un espacio íntimo y respetuoso para explorar la relación con nuestro cuerpo y reconectar con el placer como camino de autoconocimiento y expresión. No necesitas saber nada, ni sentir nada concreto. Solo venir con curiosidad, presencia y permiso para escucharte.