En un mundo donde las relaciones de pareja adoptan infinitas formas, la monogamia y la no monogamia pueden plantearse las mismas cuestiones: el compromiso, la fidelidad, el amor…
En el artículo de hoy exploraremos la monogamia, qué es una relación monógama y sus diferencias con las no monógamas, así como el significado de fidelidad en ambas y los pilares que debería tener una relación independientemente de la filosofía en la que se sustente.
¿Qué es la monogamia?
Las relaciones monógamas son aquellas configuradas por dos personas que se comprometen de forma más o menos consciente a seguir un modelo de relación concreto y extendido en muchas culturas. Se siguen ciertas normas sociales no escritas como:
- La exclusividad y fidelidad tanto a nivel sexual como emocional, no teniendo ese tipo de relaciones íntimas con otras personas que no sean su pareja.
- Está ligado muchas veces al ideal de amor para toda la vida, requiriendo un compromiso de por vida o a largo plazo que históricamente está vinculado a los votos matrimoniales.
Este formato de relación a menudo se percibe como el modelo adecuado o el que más estabilidad emocional, seguridad y conexión aporta. Pero, estas cuestiones, no tienen que ver tanto con el tipo de relación, sino con la existencia de los pilares básicos, con cómo se encuentra individualmente cada persona, o con el tipo de apego en la pareja, entre otros factores.
¿Qué es una relación monógama?
Para entender mejor la monogamia y qué es una relación monógama también debemos comprender qué otras opciones de vinculación existen. La no monogamia es un concepto más amplio, y su definición más sencilla y genérica podría ser: toda aquella relación o filosofía sobre la vinculación sexoafectiva que no se rige por los estándares o normativa de la monogamia, especialmente aquella que se refiere a mantener una relación con una única persona.
Ahora bien, las relaciones no monógamas pueden ser muy diversas, de incontables tipos y características. En las no monogamias las normas no están escritas ni hay una tradición o cultura que las construye.
Podemos pensar en las relaciones no monógamas con recelo, como si fueran incorrectas o una alternativa desviada de la norma. Pero son igual de válidas y pueden ser tan sanas, o con inseguridad en la pareja, como cualquier relación monógama. Además, no son sinónimo de infidelidad: lo que sucede o no sucede en la relación es fruto de los acuerdos y las decisiones consensuadas por todas las partes.
La infidelidad en otros tipos de relaciones
¿Las relaciones abiertas son la solución a las infidelidades? Realmente no. Si alguna de las partes no desea abrir la relación y solo lo acepta para no perder a su pareja es posible que solo se alargue la agonía. Tomar la decisión de tener una relación abierta parte de creer en ello y de comprometerse a cuidar el vínculo con tu pareja.
Además, en una relación no monógama también pueden ocurrir infidelidades. Si no se respetan los límites o acuerdos como, por ejemplo: tener una relación de cualquier naturaleza con personas que explícitamente se han acordado no tener, tener un tipo de relación con alguien que no está dentro de las aceptadas, mentir (ya sea por engaño u omisión) en áreas que se ha pactado sí comunicar, etc. Si te interesa esta temática puedes leer más en nuestro artículo sobre cómo superar una infidelidad.
¿Qué es la monogamia en una pareja?
Como comentábamos, en muchas sociedades, la tradición o lo esperable de forma automática es la exclusividad sexual y emocional, la fidelidad, el compromiso a largo plazo y muchas veces confluyendo en el matrimonio. Se espera muchas veces ciertas actitudes y decisiones que van dirigidas a construir una vida conjunta, de crianza de hijos/as, etc.
La relación monógama va de la mano en muchas ocasiones de los mitos del amor romántico. Pero debemos entender que la monogamia, aunque es una opción, no es el único camino para mantener una relación duradera y sana. Es una elección, más o menos consciente, o impuesta, pero es una elección, por lo que puede modificarse, podemos reflexionar sobre otras formas de relacionarnos que sean más afines a nosotras y nosotros mismos, y podemos trabajar para cambiarlo.
El tipo de relación o los acuerdos pueden variar con el tiempo, dependiendo de las necesidades de la pareja, de vuestro punto vital, aunque establecer cambios pueda ser complicado. Si lo necesitáis o estáis pasando por un momento complicado podéis contar con nuestro equipo de terapia de pareja online.
Diferencia entre relación monógama y no monógama
Aparte de las cuestiones que tienen que ver con la definición general de cada tipo de relación, las diferencias no deberían ser tantas entre una relación monógama y no monógama. Ambas pueden ser más sencillas o complejas, y quienes estamos detrás de cualquier relación seguimos siendo personas. Personas con miedos, inseguridades y un pasado que nos pesa y puede repercutir en la calidad de nuestra vida y de nuestros vínculos.
Lo que es y lo que carga cada persona configura de una forma única la relación y pueden darse, por ejemplo, celos en la pareja de igual forma. Por ejemplo, si una de las personas tiene un apego evitativo en pareja, independientemente del tipo de relación en la que se encuentre, esto puede generar dificultades y ser motivo de conflictos en la relación.
Los pilares de cualquier relación
Antes de cerrar este artículo, y ahora que ya hemos explorado la monogamia y qué es una relación monógama o no monógama, hablemos simplemente de las relaciones, de cualquier tipo.
Nunca está de más volver a lo básico, a los mínimos que deberíamos encontrar en una relación para que nos sintamos bien en ella. Independientemente de qué tipo de vínculo tengas y de con quién estés, si deseas tenga o mejore en alguno de los siguientes aspectos, no estás pidiendo demasiado:
- Comunicación clara y sincera. Compartir y escuchar de forma abierta lo que nos sucede, cómo nos sentimos, qué necesitamos y cuáles son nuestros límites… Negociar, acordar, teniendo en cuenta los deseos de ambas partes.
- Respeto mutuo: poco que añadir sobre esta característica básica. Se trata de valorar a la otra persona y sentir que te valoran y respetan incluso cuando no estamos de acuerdo.
- Cierta compatibilidad en los valores y pilares de vida de cada persona o capacidad de adaptación mutua.
- Compromiso en trabajar por mejorar la relación, por cuidaros y aportaros seguridad.
- Confianza y libertad. Creer en la otra persona y sentir que confían en ti, así como respetar y permitir los espacios y el desarrollo individual de cada persona.
- Concederse tiempo de calidad de pareja. Dedicarse tiempo.
- Admiración y deseo. Sentir cierta conexión, conciencia de que te gusten o admires aspectos de la otra persona, así como el deseo de pasar tiempo y compartir vida con ella.
Ningún tipo de relación es el secreto de la felicidad, pero si estás en una relación que no está alineada a tus creencias o definición de pareja, probablemente lleve al fracaso si no lo comunicas y lo trabajas con tu pareja.
Es importante que funcionéis y os sintáis felices independientemente de que tengáis una relación monógama o no.