Como sabemos, la muerte forma parte de la vida. Ahora bien, contar con esta información no hace que vayamos a estar más preparadas para afrontar la pérdida de las personas a las que queremos. La muerte de un ser querido es uno de los dolores más profundos e intensos que podemos llegar a experimentar. Entre estas pérdidas, vamos a hablar de cómo superar la muerte de un padre.
En este artículo hablamos de:
La muerte de un padre
En primer lugar, si acudes a estas líneas porque has sufrido la muerte de un padre, recibe un abrazo muy grande. El sufrimiento que esto te haya y esté generando es visto y acompañado.
La experiencia de la pérdida un suceso para el que nunca estaremos del todo preparadas. Podemos tener la certeza de que la muerte llegará en un momento u otro, podemos saber que la viviremos de cerca, y podemos incluso prepararnos a nivel psicológico cuando anticipamos su llegada. En relación con esto último, la posibilidad de anticipar el duelo será positivo a la hora de superar la muerte de un padre por cáncer, por ejemplo. Ahora bien, aun siendo lo único sobre lo que tenemos absoluta certeza, seguirá siendo una de las experiencias más duras a las que nos podemos enfrentar. Así, pese a lo natural y esperable que pueda resultar la muerte de un padre en el ciclo vital, es importante no subestimar este duelo.
Cuando hablamos de la muerte de un padre, hablamos de que, probablemente, hayamos perdido uno de los pilares fundamentales que conforman nuestra vida. Aunque existen otras realidades, uno de los vínculos más profundos y primarios es el que establecemos con nuestro padre. Al perder a un padre también perdemos a una de las figuras más importantes en nuestra vida, que ha sido, a su vez, una fuente esencial de conexión, de protección, de seguridad, de afecto, de confianza, etc., que hemos tenido siempre. Pasamos a vivir en un mundo en el que esta persona por primera vez no está físicamente.
Asumir la muerte de un padre es un proceso profundamente doloroso teniendo en cuenta el cambio que esto supone en nuestra forma de estar en el mundo. Además, en relación con el papel fundamental que un padre ha podido suponer, tenemos que recordar que este puede haber sido una de nuestras figuras de apego primarias, y, como sabes, la pérdida de una figura de apego conlleva la pérdida de una base de seguridad para nosotras.
Por más palabras y explicaciones que podamos dar a todo esto, sufrir la muerte de un padre no podrá ser descriptible. Pero, lo que quizá sí puede ayudarnos en este proceso es, y además de contar con ayuda y apoyo, tener información que nos permita entender nuestras emociones y reacciones una vez que esa persona se ha ido del plano físico. Y aquí podemos hablar del “duelo”.
Duelo por la muerte de un padre
Llamamos duelo al proceso derivado del fallecimiento de un ser querido, marcado por una serie de reacciones psicológicas, emocionales, y conductuales, que, en su conjunto, nos permiten integrar la pérdida sufrida y adaptarnos a un nuevo mundo en el que la otra persona ya no está.
En este sentido, puede que te suenen las denominadas “fases del duelo”, que hacen referencia a los diferentes momentos por los que es natural que pasemos tras haber sufrido la pérdida de alguien importante.
Estas fases son:
- La negación, propia del shock inicial, que tiene una función protectora frente al dolor que conllevaría en ese momento asumir la pérdida.
- El enfado, relacionado con la búsqueda de culpables y explicaciones que nos ayuden a dar sentido a lo que ha sucedido, y, por tanto, con la injusticia percibida de la pérdida.
- La negociación, en la que, poco a poco, se va asumiendo la muerte del ser querido a través de, por ejemplo, acuerdos internos, religiosos, espirituales, etc.
- La depresión, que no tiene que ver con la depresión como trastorno, sino como una reacción natural y esperable cuando vamos siendo capaces de entrar en contacto con el dolor, y lo sentimos de forma profunda e intensa.
- La aceptación, en la que asumimos e integramos la realidad de la pérdida.
Ahora bien, el proceso de duelo no es lineal, es decir, no siempre se transitan estas fases en este orden, y no siempre se transitan todas. Además, los tiempos de este proceso van a variar mucho, pudiendo ser años los que tardamos en integrar el duelo y cicatrizar.
En el duelo por la muerte de un padre puede que nos veamos pasando por todas, alguna, o ninguna de estas fases, y es que este proceso es enormemente particular. Todas las formas de vivirlo son entendibles y válidas. No hay una forma buena o mala de afrontar la muerte de un padre, sino unas necesidades, recursos de afrontamiento, y tiempos diferentes en cada persona. Y tienes derecho a transitar este momento como necesites y puedas hacerlo.
Cómo afrontar la muerte de un padre
El dolor que trae consigo la muerte de un padre puede inundar hasta el último de los recovecos de nuestro interior. Tal es este dolor que parece como si no existiera sitio para guardarlo dentro, como si no pudiéramos sostenerlo en nuestras manos, y, a la vez, como si no pudiéramos nunca quitárnoslo de encima.
En un primer momento, cuando la pérdida de un padre es reciente, puede existir la sensación de que no podremos ser capaces de vivir en este nuevo mundo sin él, o de hacerlo sin un dolor constantemente presente y profundo. Además, dependiendo de las circunstancias en las que haya ocurrido la muerte, podemos tener esta sensación incrementada, y no saber, por ejemplo, cómo superar la muerte repentina de un padre. Es natural y válido que, durante el tiempo que necesitemos, pensemos y sintamos esto. Recuerda que en un proceso de duelo como este no hay reglas marcadas de lo que se supone que tienes que hacer o sentir.
Ahora bien, podremos trabajar para integrar, asentar, y atenuar el dolor que esta ausencia ha traído. Esto no quiere decir que vayamos a olvidar la muerte, que vayamos a ”superarlo”, o que vayamos a eliminar el dolor. A partir de la muerte de un padre, viviremos con esta ausencia, y siempre habrá algo de dolor, que podrá atenuarse o intensificarse dependiendo de situaciones, momentos, etc. Pero lo que sí que podremos hacer será integrar la pérdida para aprender a vivir con ella.
Uno de los mayores factores de protección frente a un duelo complicado (procesos de duelo que se cronifican, intensifican, y comprometen nuestra salud mental) es el apoyo, tanto social como profesional. A lo largo de todo este proceso, es importante que te rodees de personas que te quieran, acompañen, y respeten, con las que puedas hablar sobre tu padre y sobre su muerte, con quien puedas recordar y expresar cómo te sientes. Hablar ayuda a dar sentido, significado, y a integrar. Igualmente, es normal que necesites ayuda profesional, y este es un buen momento para recibirla. Mereces -y necesitas- un acompañamiento sólido y amable en este tiempo, en el que tus sentimientos se acojan, y que esté libre de mensajes invalidantes o minimizadores del dolor.
Antes hablábamos de las fases del duelo; pero existe también otro concepto, denominado “las tareas del duelo”, que son aquellos pasos que es necesario ir dando para elaborar el duelo y recolocar nuestro mundo interno y externo.
Las tareas del duelo
- Aceptar la realidad de la pérdida: conlleva darnos cuenta, a nivel racional y emocional, de que nuestro padre ya no está de forma física con nosotras. Los rituales de despedida, como los funerales, o cualquier otro ritual espiritual, simbólico, etc., pueden ayudar mucho en esta tarea.
- Transitar las emociones y el dolor de la pérdida: implica entrar en contacto con el dolor y con las emociones que puedan surgir, en lugar de evitar o huir de este dolor.
- Adaptarse a un mundo en el que esa persona ya no está, es decir, adaptar nuestra vida, nuestra identidad, nuestro sistema de creencias y valores, etc. Nos adaptamos a la ausencia y a todos los cambios, internos y externos, que esta pueda suponer en nuestra forma de estar en el mundo.
- Recolocar emocionalmente la pérdida: integrar la pérdida no implica olvidar, sino poder engancharnos de nuevo a la vida, colocando las emociones asociadas a nuestro padre, permitiendo su recuerdo, y estableciendo, por ejemplo, algún tipo de conexión con él, si queremos. Con ello, volvemos al presente, dejando un espacio en nuestro interior para el pasado.
De nuevo, estos pasos serán transitados de una forma diferente por cada persona. En el duelo por la muerte de un padre, cada uno de los pequeños pasos necesarios dentro de cada tarea pueden ser abrumadores. Por ello, para afrontar este proceso, puede ser esencial acudir a terapia online o terapia psicológica con el equipo de psicólogas en Barcelona, de forma que un/a profesional pueda acompañarnos en este camino de forma individualizada, dado que las características del duelo pueden ser diferentes por ejemplo respecto de cómo superar la muerte de un padre por cáncer o de cómo superar la muerte repentina de un padre.
También existen grupos de ayuda en duelo, que pueden ser un espacio seguro y de comprensión muy importante en estos casos.
Este es un momento en el que necesitas apoyo, acompañamiento, y autocuidado. Lo harás lo mejor que puedas, pero recuerda que no tienes porqué atravesar este camino en soledad.
Buenas noches ,esto no es para mí es para mí esposa y está terriblemente mal .,podría decirme a mi como más puedo ayudarle ,por favor 🙏 la amo y no quiero este así .muchas gracias
Hola, Sergio 🌷
Muchas gracias por escribirnos.
Entendemos que para ti sea muy duro ver mal a una persona tan importante para ti y a la que tanto aprecias.
Te dejamos aquí un podcast que esperamos que pueda ayudarte.
Un abrazo muy grande.