Es normal en algún momento de la vida sentirse perdida, sin rumbo o una orientación concreta. Esta sensación común de falta de sentido puede aparecer frente a cambios vitales importantes o aparecer de repente sin una razón aparente.
A este peso difícil de ignorar lo llamamos crisis existencial. Se trata de un proceso profundamente humano que nos obliga a mirar hacia dentro y revisarnos. Lejos de ser una señal de debilidad, las crisis existenciales pueden convertirse en oportunidades de pausa, reconexión, crecimiento personal y cambio.
¿Qué es una crisis existencial?
Entendemos por crisis existencial un proceso o un periodo de tiempo de dudas, preguntas y cuestionamientos profundos relacionados con la identidad y el propósito de vivir, aparecen preguntas como: ¿Quién soy? o ¿Qué quiero?
Lo que antes tenías tan claro parece que ya no lo está, alejándote de tu bienestar emocional. Suele ir acompañada de sensaciones de vacío, insatisfacción y autocrítica enturbiando las relaciones personales y laborales…
Una crisis existencial puede generar ansiedad, pero no es una patología, es una señal de que algo necesita ser atendido.
Ante la falta de respuestas recuerda que muchas preguntas no tienen una solución inmediata, sino que se trata de un proceso de reconexión profunda con tus valores y deseos.
Síntomas de una crisis existencial
La crisis existencial puede ser vivida de diferentes formas, aunque podemos encontrar señales comunes:
- Sensación de falta de propósito
- Sentimiento de vacío
- Dudas frecuentes sobre la identidad propia
- Cambios en el sueño o el apetito
- Sensación de estancamiento
- Aislamiento social o ganas de estar sola

Ejemplos de crisis existencial
Algunos ejemplos de crisis existenciales comunes son: las famosas crisis al cumplir años, las rupturas amorosas, las crisis por cambios de empleo o tras la pérdida de un ser querido.
Crisis tras una ruptura amorosa
Tras una ruptura amorosa, puedes sentirte perdida, que pierdes parte de tu identidad, sola, aislada, sentir miedo o incertidumbre sobre el futuro. Este tipo de crisis pueden ser una oportunidad de reconexión contigo misma, romper la dependencia emocional, mejorar tu autoestima y crear nuevos vínculos.
Crisis por cambio de etapa vital
Cumplir 30, 40, 50 años… los cambios de prefijos generan presión interna, expectativas impuestas y una sensación de evaluación propia. Pero con una lectura adecuada puede ayudarnos a conectar o revisar el rumbo de nuestras vidas.
Crisis profesional
Dudas sobre tu carrera laboral, proyectos, y el rumbo profesional. Podemos percibir una falta de conexión con el propósito de la empresa, desconexión a nivel de valores o estancamiento con las tareas diarias. Esta crisis puede impulsarnos a una vida laboral mas acorde con nuestro proyecto de vida y crecimiento personal.
Crisis tras una pérdida
Cualquier proceso de duelo como la pérdida de un ser querido, pérdida de salud o la maternidad puede desencadenar un profundo replanteamiento del sentido de la vida.
Las crisis nos transforman y nos ayuda a reevaluar nuestras prioridades vitales.
¿Cómo superar una crisis existencial?
Superar una crisis existencial es un proceso que requiere de tiempo, autocompasión y en muchos casos de acompañamiento profesional. No obstante, te dejo algunos consejos que pueden ayudarte a reencontrarte y superar esta crisis:
Aceptar la crisis como parte del cambio
Deja de luchar con lo que sientes, negarlo solo la prolonga, reconoce esta etapa de cambio y escúchate. Recuerda: no hay emociones malas, forman parte del proceso.
La terapia psicológica puede ser un lugar seguro donde explorar de la mano de una psicóloga lo que sientes y piensas, además de acompañar tu malestar, descubrir nuevas formas de avanzar y aliviar el peso.
Reconecta con tus valores
Reflexiona sobre lo que es importante para ti, lo que te hace sentir viva, lo que te motiva, lo que te da calma. No te compares, cada camino es único, compararse solo agrava la sensación de insuficiencia, céntrate en tú proceso.
Cuidar de ti misma y trabajar en tu autoestima
Cuidar tu cuerpo, tus hábitos: descanso, alimentación…. Pequeños gestos en tu rutina diaria como meditar, pasear, pueden ayudar a calmar la mente y fomentan el bienestar. Sé amable contigo, reconoce tus logros.
Rodéate de vínculos sanos
Busca personas que te escuchen con empatía y validen sin juicio. Los vínculos sanos te permiten ser tú misma y compartir tus dudas con confianza. Sentirte acompañada y comprendida puede aliviar la carga emocional y recordarte que no estás sola en este proceso.
Fomenta el crecimiento personal
Una crisis existencial puede ser una oportunidad para conocerte mejor. Dedica tiempo a actividades que te ayuden a conectar contigo: leer, escribir, meditar o crear. Cada gesto que te acerque a tu bienestar emocional impulsa tu desarrollo y sentido de propósito.
Poco a poco la claridad regresa, la crisis deja de ser un agujero negro, se convierte en una semilla de cambio, tus decisiones vuelven a alinearse con tus valores más profundos y la vida empieza a sonar más coherente con quién realmente eres.
– Irvin D. Yalom (2010).
Si nos permitimos cuestionar con ternura, sentir y reconstruir estaremos acercándonos a una versión más auténtica de nosotras mismas. La terapia psicológica puede ser clave para transitar esto momento tan desafiante y salir fortalecida reconectando con tu propósito.
Referencias
Frankl, V. E. (2017). El hombre en busca de sentido. Herder Editorial.
Yalom, I. D. (2010). Mirar al sol: La superación del miedo a la muerte.Editorial Emecé.