Resiliencia: Significado y ejemplos de una persona resiliente

A lo largo de nuestra vida vivimos muchas cosas que son difíciles de digerir. Muchas de ellas pueden incluso rompernos en cachitos. Hay muchas formas de superar la adversidad o dificultades de la vida. En este sentido, podemos hablar de lo que es la resiliencia.

Qué es resiliencia, significado y definición

La resiliencia es la capacidad que tenemos las personas de superar la adversidad o dificultades de la vida y de convertir ese dolor en aprendizaje. Es decir, encontrar fortaleza en la vulnerabilidad.

Una metáfora muy interesante que puede ayudar a comprender tiene que ver con una antigua práctica japonesa llamada Kintsugi. Esta práctica consiste en reparar las piezas de cerámica que se rompen con oro líquido, uniendo cada cachito que se separó al romperse con mucho cuidado y delicadeza, en lugar de tirar ese objeto a la basura. Al final, la pieza de cerámica se convierte en un objeto todavía más especial y valioso que cuando estaba nuevo e intacto.

De la misma manera que una pieza de cerámica puede romperse, nosotras como personas también. Somos vulnerablemente humanas, y esto significa que somos también frágiles y permeables al dolor. Hay muchas situaciones que nos hieren a lo largo de la vida, bien sean esperables o naturales como una pérdida, o bien otras menos naturales como una situación de violencia de cualquier tipo.

En todo caso, todo dolor es válido. Y todas las formas de transitarlo son lícitas. Siempre gestionamos el dolor o las dificultades de la forma que podemos con los recursos que tenemos en ese momento. Y, frente a aquello que duele, no hay verdades absolutas.

Dentro de ese tránsito del dolor, la resiliencia consiste ir cogiendo los cachitos que se han ido rompiendo en nuestro interior e ir dando sentido a una nueva unión. Esto requiere, por supuesto, de tiempo, de cuidado, y, en muchas ocasiones, de ayuda. Al igual que pasaría con un objeto de cerámica que se cae.

Así, cuando conseguimos integrar lo sucedido y extraer de ello aprendizajes (o no), entonces obtenemos una versión de nosotras mismas reconstruida. Una nueva versión de nosotras con heridas que ya no queremos esconder o eliminar, sino que, como en el Kintsugi, aprendemos a ver como un símbolo de reconstrucción y de crecimiento.

Una persona resiliente es aquella que ve sus cicatrices como parte de su historia y no como su final.

En este punto es importante, también, tener en cuenta que la resiliencia no se trata de romantizar el dolor. No siempre tenemos que extraer aprendizajes de lo que vivimos, y eso no nos quita mérito ni crecimiento.

Origen de resiliencia

Aunque todas las personas tengamos una capacidad asombrosa de resistir y sobrevivir a las adversidades, no todas las personas tienen los mismos recursos para atravesar las dificultades de formas adaptativas.

Nuestros recursos o herramientas en el presente tienen, por ejemplo, mucho que ver con nuestro pasado. Lo que somos es, en gran parte, resultado de lo que hemos vivido. En este sentido, en nuestra capacidad de resiliencia influye mucho cómo nos han enseñado a afrontar las dificultades, cómo hemos visto que nuestras figuras de referencia lo hacían, y, sin duda, cómo han sido nuestros vínculos primarios.

Nuestros vínculos primarios son los vínculos que establecemos con las figuras de cuidado que se encargan de nosotras cuando somos pequeñas. En función de cómo hayan sido estas relaciones y de cómo nos hayan cuidado y atendido nuestras necesidades, desarrollamos diferentes tipos de apego. Y cada estilo de apego tiene diferentes formas de afrontar las dificultades. Este es un tema muy amplio, pero en este artículo podemos quedarnos con la idea de que nuestra infancia y desarrollo tienen mucho influyen mucho en los recursos que tenemos como adultas para enfrentarnos a lo que vivimos.

Algo importante a tener en cuenta es que la resiliencia es una capacidad que puede desarrollarse. Y no algo que se tiene o no se tiene. Como leías hace unas líneas, las personas sí contamos con una capacidad asombrosa de sobrevivir a las dificultades. Y así es como a lo largo de los milenios hemos ido creciendo como especie.

Ahora bien, no es lo mismo sobrevivir que vivir. Y es ahí donde la resiliencia marca la diferencia. Hay muchas formas de sobrevivir, y no todas ellas son saludables para nosotras. Por ejemplo: puede que haya muerto alguien de mi familia y la forma que tengo de gestionarlo es a través de las drogas o de la comida. En momentos de dolor cogemos las herramientas que encontramos por el camino. Pero no siempre son funcionales.

Es por ello por lo que pedir ayuda es importante. Porque tenemos también el derecho a no saber hacerlo mejor.

Ejemplos de resiliencia

Como has visto, la resiliencia es una capacidad que se pone de manifiesto cuando atravesamos dificultades y crecemos a través de ellas. Puede haber, por tanto, miles de ejemplos de resiliencia. Para poder entender mejor este concepto, vamos a ver alguno:

Una persona que ha sufrido un accidente

A partir de entonces esa persona tiene que estar en silla de ruedas. Esta persona acepta su nueva vida y, por ejemplo, empieza a jugar al tenis de competición.

Viktor Frankl

Viktor Frankl fue un superviviente de campos de concentración nazis, en representación de todas las personas que han atravesado situaciones similares. Su libro “El hombre en busca del sentido” relata muy bien la resiliencia.

Recomponerse de una pérdida

Una persona que ha sufrido la pérdida de un ser querido de forma traumática que con el tiempo acaba utilizando sus aprendizajes para ayudar a personas que atraviesan duelos.

En definitiva, la resiliencia vienen a ser esas plantas que florecen en un desierto o tierra árida, donde la vida parece imposible. O esas flores que asoman entre las grietas del asfalto por la calle. La fortaleza que se encuentra en la vulnerabilidad y la vulnerabilidad que se encuentra en la fortaleza es lo que llamamos resiliencia.

Recuerda que es una capacidad que puede desarrollarse, y que para ello es normal necesitar ayuda. Eres humana, no una máquina. Y está bien no saber, no poder, o no querer atravesar el dolor en soledad.

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Psicóloga especializada en bienestar emocional con perspectiva integradora, aunando la rama cognitivo conductual junto con la que considera base de su perfil profesional: las Terapias de tercera generación. Más sobre Isabel Reoyo

2 comentarios en «Resiliencia: Significado y ejemplos de una persona resiliente»

  1. Si que me ha servido, yo estoy casi segura de que mi infancia me ha influido durante toda la vida y ahora ya tengo 70 años. Gracias

    Responder
    • Hola, Carme 🌷
      Gracias a ti por tu mensaje. ¡Qué bien que dediques tiempo a seguir conociéndote!
      Te mandamos un abrazo muy grande.

      Responder

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