¿Por qué todo me afecta tanto?

¿Alguna vez te has juzgado por sentir todo tanto? ¿o por vivir las cosas con demasiada intensidad? Es un juicio muy común que nos hacemos. Nos juzgamos mucho, en general. Y nos entendemos poco. Por ello, en este artículo vamos a tratar de dar respuesta a esa duda común que tenemos: ¿por qué todo me afecta tanto?

¿Por qué sentimos?

Antes de entender por qué todo nos puede afectar tanto, es importante que entendamos qué es sentir, dado que este es el punto de inicio de aquello que nos afecta.

Sentir es experimentar emociones. Y las emociones son respuestas de nuestro cuerpo ante situaciones que vivimos, ya sean externas (una buena noticia que me genera alegría) o internas (un recuerdo que me genera tristeza).

En general, sentir es importante. Y permitirnos hacerlo es, por tanto, algo en lo que es esencial trabajar. ¿Por qué? Porque, en la medida en la que no nos permitamos sentir, no podremos conectar con esa información tan valiosa que mis emociones me están dando acerca de lo que está pasando y de lo que necesito. Por lo tanto, tampoco podré hacer cambios que me lleven a conseguirlo.

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La función de las emociones

Podemos decir que las emociones son nuestra brújula interna. ¿Qué quiere decir esto? Esto quiere decir que las emociones nos dan información acerca de lo que está pasando en nuestro entorno, de qué necesitamos, y de cómo actuar para conseguirlo. Por eso decimos que son una brújula, porque nos orientan a hacer algo que nos lleve a satisfacer nuestras necesidades y a obtener un mayor bienestar.

Aunque a menudo pensemos que sentir emociones como la tristeza o el miedo es algo negativo, ocurre todo lo contrario. Sentir emociones desagradables es igual de importante que sentir otras más agradables.

Además, evitando sentir no estaré dejando de sentir, sino que esas emociones se quedarán atrapadas y saldrán de otra manera. Por ejemplo, a través de somatizar.

En cambio, si entendemos que sentir es importante y no dañino, podremos escuchar aquello que nos dice nuestro cuerpo y hacer algo para llegar a ello.

¿Por qué todo me afecta?

En base a lo anterior, podemos entender que es normal que lo que vivimos nos afecte, sea lo que sea.

Como no hemos aprendido a relacionarnos con las emociones de una manera saludable y amigable, solemos juzgarnos mucho cuando sentimos de una manera que creemos desproporcionada a aquello que hemos vivido.

El problema viene no cuando algo nos afecta, sino cuando nos juzgamos porque eso haya ocurrido. Somos seres sintientes, y siempre vamos a sentir en respuesta a lo que nos sucede. La intensidad de lo que nos afecta variará en función de varios aspectos -que enseguida veremos-, pero si algo nos ha afectado es por alguna razón que tendremos que explorar.

Juzgarnos o criticarnos por ser “demasiado débiles”, “demasiado intensas”, o “demasiado sensibles” solo añade sufrimiento al malestar que ya de base estamos sintiendo. Es en estos momentos en que algo nos ha afectado cuando más importante es acompañarnos de una forma comprensiva y compasiva. Es decir, validando sentirnos como nos sentimos, entendiendo el porqué lo que estoy viviendo me ha afectado tanto, y averiguar qué podemos hacer para cuidarnos y gestionar eso que sentimos.

Causas de que algo me afecte

Una vez hemos hablado de validar que algo pueda afectarnos, vamos a ver qué puede haber debajo de esas emociones tan intensas que estamos sintiendo. Entendernos es un paso esencial para gestionarnos.

Por supuesto, puedes verte identificada en varios de los puntos siguientes o en ninguno. Estos solo son algunos factores a tener en cuenta, entre otros. Cada persona es un mundo, y, así, todo lo que cada una sienta es válido.

• Tener una personalidad altamente sensible (PAS)
• La importancia que el tema tenga para mí
• La importancia que la o las personas implicadas tengan para mí
• Mi historia o mochila vital
• Heridas emocionales o trauma psicológico sin resolver
• Falta de herramientas de gestión emocional
• La situación realmente es negativa, intensa, o incluso violenta para mí
• Entorno en el que me siento (o es) poco cuidada y segura
• La vulnerabilidad que como humana es normal que tengas

¿Qué hacer cuando todo me afecta?

Con todo lo anterior, hemos visto que es normal que lo que vivamos nos afecte, puesto que somos humanas y vulnerables (aun con todas nuestras fortalezas y recursos, que también existen). También hemos entendido que es importante dar espacio para que ese malestar habite dentro de nosotras el tiempo necesario para ser sentido.

Pasos para gestionarlo:

En primer lugar, es esencial hacer un trabajo profundo de autoconocimiento, que lleve a observar cuáles son aquellos temas o situaciones que más te suelen afectar. Es decir, ¿todo todo todo te afecta? ¿o son x situaciones o personas? ¿es en todos los momentos o es en algún momento concreto o época concreta?. Hacerte estas preguntas puede ayudarte a concretar y entender qué puede estar propiciando que algo te afecte.

Por otro lado, también puedes preguntarte con cuál de los factores que pueden explicar que las cosas te afecten (que antes hemos visto) puedes sentirte identificada. A partir de ahí, podrás darte cuenta de qué hay debajo de esas emociones que sientes o conductas que tienes. Así, también, podrás tomar acción hacia algún tipo de resolución más específica de lo que necesitas.

De forma más concreta, en los momentos en los que sientas que algo te está afectando mucho, pregúntate “de esto, ¿qué es lo que realmente me afecta?”. Y ve haciéndote esta pregunta a cada respuesta que te vayas dando. Es decir, respóndete y vuelve a hacerte la misma pregunta a esa respuesta que te has dado. Así, poco a poco, irás llegando a la raíz de tu malestar. A partir de ahí, explora qué puedes estar necesitando o qué quieres/necesitas que cambie de la situación o de la persona implicada.

Por último, no podemos olvidar la importancia del papel de la terapia psicológica. Ya has visto que el hecho de que todo te afecte tanto no es arbitrario o aleatorio. No es un capricho o una debilidad. Sino que pueden estar involucrados muchos factores que es importante atender, entender, y trabajar. Un proceso de terapia es muy recomendable si te has sentido identificada.