Cómo dejar de querer gustar a todo el mundo

Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al podcast de somos estupendas. ¿Habéis sentido la necesidad constante de gustar a todo el mundo? En caso afirmativo, os invitamos a escuchar este podcast porque hoy justamente vamos a hablar sobre eso: cómo dejar de querer gustar a todo el mundo. Y para ello nos acompaña Andrea, psicóloga de Madrid del equipo presencial, que nos hablará de esta realidad tan frecuente.

¿Por qué necesito gustar a todo el mundo?

Querer gustar es una necesidad humana, que tiene que ver con el deseo de querer conectar con el otro, de evitar la soledad. Queremos que nos validen, que nos vean y acepten. Vivimos en grupos sociales, nos necesitamos por supervivencia.

Esta necesidad es, en parte, sana. Pero ¿qué pasa cuando empieza a ser un problema? Nos empezamos a preocupar si vivimos por y para gustar a los demás. Cuando tu vida gira en torno a eso y te enfocas más en el resto que en ti, llegando a sufrir muchísimo. Para encontrar el origen de todo esto es necesario poder revisar la historia de cada persona.

Nuestra experiencia de vida, lo que hemos transitado y nuestro contexto familiar tienen especial influencia en la necesidad de gustar a todo el mundo. Ya desde pequeños queremos ser vistos por papá y mamá. Desde su mirada y a través de las expectativas que tienen nuestros padres nos creamos nuestra propia imagen y aprendemos a relacionarnos con el resto y creamos nuestra idea del mundo.

Queremos que nos validen, que nos vean y acepten.

A raíz de irnos relacionando con los demás llegamos a la adolescencia y vamos imitando lo que vemos, a la vez que necesitamos sentir que estamos integrados en nuestros grupos de iguales, viendo las mismas películas o escuchando la misma música. Queremos encajar.

Cuando llegamos a la etapa adulta ya tenemos construida nuestra identidad y quizá no necesitamos tanto que nos validen. En general, en la adultez tenemos valores diferenciados y luchamos por nuestras convicciones. Pero ¿qué pasa si en la edad adulta seguimos viviendo por y para los demás y necesitamos excesivamente esa aprobación?

Herida de rechazo

La herida de la infancia puede venir de una experiencia de rechazo pasada. Tener experiencias de rechazo en el pasado, como por ejemplo algo tan doloroso como haber sufrido bullying. Haber sido constantemente humillado por el simple hecho de ser como eres es extremadamente doloroso.

Estas experiencias pueden hacer que quieras construir un yo distinto al tuyo, a fingir ser una persona distinta para poder encajar con todo el mundo y que te acepten.

Influencia de la familia

Otro motivo por el cual quizá siempre tratas de complacer y querer gustar puede darse en la familia, por ejemplo, si nuestros padres han sido muy intransigentes y han castigado mucho la diferencia de opinión: se invalida lo que piensas y lo que piensas es lo que eres, tu esencia.

Consecuencias de querer gustar

¿De qué forma nos puede afectar a nivel querer gustar siempre a todo el mundo? Vivir queriendo gustar a todo el mundo de manera constante es realmente agotador y puede afectar nuestra calidad de vida y autoestima.

La forma en la que nos validamos y nos vemos a nosotros mismos afecta a nuestro desarrollo, a nuestra autorrealización y a cómo actuamos en nuestro día a día para conseguir nuestras metas y relacionarnos. Si tratamos de gustar a todo el mundo perdemos nuestra autenticidad, e incluso puede que te cueste saber quién eres tú realmente.

Querer gustar siempre genera mucha frustración, porque es un objetivo imposible. Nadie puede gustar a todo el mundo. Y tratar de forzar algo imposible nos puede hacer vulnerables a sufrir situaciones de maltrato.

¿Cómo dejar de querer gustar a todo el mundo?

Si con lo que llevamos de podcast has podido identificarte y reconocer que quizá tengas esa característica de querer gustar a todo el mundo, ya tenemos terreno ganado. Aquí algunos consejos extra para seguir avanzando:

  • Explora de dónde puede venir esa necesidad. Busca en tu historia y experiencias. Esto a veces significa hacer un proceso terapéutico: conocer tu historia, ver tus heridas y plantear cómo las podemos sanar.
  • Recupera lo que has perdido. Durante todo ese tiempo en el que has intentado ser quien no eras es probable que muchas cosas se hayan desvanecido. Trabaja en aprender a validarte y en poner límites.
  • Cuida tu autoestima. Otro de los aspectos a trabajar para no querer gustar a todo el mundo es aceptar quién eres y cómo actúas tú. En la web puedes conocer 5 pasos para mejorar tu autoestima. Poder gustarte a ti misma es un objetivo clave que hará que vayas perdiendo la necesidad de valorarte a través del resto.

“Yo soy Yo
Tú eres Tú
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.”

Fritz Perls

Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.

¿Nos compartes?
Ayuda a que el contenido llegue más lejos

Humana en constante aprendizaje y evolución, además de cofundadora y CEO de Somos Estupendas y futura psicóloga.

Deja un comentario