¿Cómo trabajar el merecimiento?

Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al podcast de Somos Estupendas. Hoy vamos a hablar de un tema que me atraviesa muchísimo, sentirse merecedora de las cosas buenas que me pasan.

En el Pódcast de hoy trataremos cómo trabajar el merecimiento. Estoy segura de que muchas personas se sentirán conectadas. Nos acompaña para ello Esther, psicóloga del equipo de psicólogos online que ya nos trajo un fantástico pódcast sobre técnicas de resolución de conflictos.

Trabajar el merecimiento

¿Por qué nos cuesta sentirnos merecedoras? Para empezar, vamos a definir qué son cosas buenas y qué es el merecimiento. ¿Desde dónde marcamos las cosas buenas? ¿Qué es bueno o malo?

Esto tiene que ver mucho con las expectativas. Normalmente, lo hemos aprendido, nos lo han enseñado y hoy en día nos lo siguen enseñando (redes sociales, la publicidad…): nos van generando una serie de necesidades que si consigues sentirás que tienes algo bueno.

Sentirse merecedora de cosas buenas es un desafío que enfrentamos debido a las expectativas sociales y personales. El merecimiento se refiere a la percepción de que tenemos derecho a recibir cosas buenas, y esto se basa en el valor que damos a nuestras acciones y logros. Este sentimiento está influido por las creencias y expectativas que nos imponen desde una edad temprana. Nos enseñan a asociar el éxito y el valor personal con el esfuerzo y los logros externos, y esto distorsionar nuestra percepción de lo que realmente merecemos. Mereces simplemente por existir.

¿Cómo se relaciona el merecimiento y la autoestima?

El merecimiento está estrechamente relacionado con la autoestima, ya que la forma en que percibimos nuestro propio valor influye en cómo creemos que merecemos que nos traten y también en qué cosas buenas merecemos en nuestra vida. Una ausencia de autoestima, o baja autoestima, puede llevar a una percepción distorsionada del merecimiento, donde podemos sentir que no somos dignas de recibir o que nos pasen cosas buenas.

Los tipos de autoestima y el merecimiento se influyen en ambas direcciones: una baja autoestima nos hace creer que no merecemos, y creer que no merecemos deteriora nuestra autoestima. Las emociones juegan un papel crucial en esta dinámica. Reconocer estas emociones y cómo afectan nuestra percepción de lo que merecemos es fundamental para mejorar tanto la autoestima como el sentido de merecimiento.

¿Cómo sanar el merecimiento?

Sanar el merecimiento implica un proceso de autodescubrimiento y reestructuración de creencias. Primero, es crucial identificar las creencias irracionales que afectan nuestra percepción del merecimiento. Las creencias suelen generarse a partir de experiencias pasadas y expectativas sociales. Reconocer y cuestionar estas creencias limitantes facilita empezar a construir una visión más saludable y positiva de nosotras mismas y también nos ayuda a ponernos en valor.

Si somos capaces de ir poniendo límites en situaciones que nos perjudican esto puede ayudarnos a ir conectando con nuestro valor como personas y con la idea de lo que merecemos (y lo que no merecemos). Si una relación o situación nos afecta negativamente, es esencial reconocer que merecemos algo mejor y actuar en consecuencia. También es útil enfocarse en disfrutar de las cosas pequeñas y cotidianas para aumentar nuestra capacidad de apreciar las cosas buenas que llegan a nuestra vida.

Acepta que mereces cosas buenas simplemente por ser quien eres, no solo por lo que has logrado.

¿Cómo sentirme merecedora?

Para sentirnos merecedoras tenemos que cambiar cómo nos tratamos y relacionamos con nosotras mismas. Reconozcamos nuestras emociones cuando no nos sentimos dignas o merecedoras, y cuidemos ese dolor. La introspección y el autocuidado son esenciales. Aceptar que mereces cosas buenas, simplemente por ser quien eres, y no solo por lo que has logrado, es un paso crucial en este proceso.

Un enfoque útil es desarrollar la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas en la vida. Apreciar los pequeños logros y momentos cotidianos puede ayudarnos a construir una base sólida para reducir las inseguridades y sentirnos merecedores de cosas más grandes. Además, practicar la gratitud y reconocer lo que ya tenemos puede cambiar nuestra perspectiva y permitirnos disfrutar más plenamente de lo que la vida nos ofrece.

Ejercicios para trabajar el merecimiento

Para acabar, resumimos algunos ejercicios prácticos que te ayuden a aprender cómo trabajar el merecimiento.

Reflexiona sobre tus logros y méritos

Tómate un tiempo para hacer listas, reflexionar o escribir sobre tus logros y méritos personales. Reconoce y celebra estos logros, independientemente de su tamaño.

Desafía tus creencias irracionales

Como comentamos en el artículo, identifica y cuestiona las creencias que limitan tu percepción del merecimiento. Pregúntate si estas creencias son realistas y cómo te afectan.

Practica la gratitud diaria

Puedes tener un diario de gratitud en el que anotes cosas buenas que suceden en tu vida y por las que te sientes agradecida. Esto puede ayudarte a reconocer y valorar lo positivo en tu vida. Haz un esfuerzo consciente por disfrutar de las pequeñas cosas en tu vida diaria. Esto puede ayudarte sentirte merecedora de cosas más grandes.

Autoafirmaciones positivas

Utiliza afirmaciones positivas para mejorar la autoestima y tu percepción de merecimiento. Repite estas afirmaciones diariamente para ayudarte a integrar e internalizar una visión más positiva de ti.

Terapia

Considera trabajarlo con una persona profesional de la psicología que pueda acompañarte para explorar y abordar las creencias y patrones que te afectan y que reducen tu sentido de merecimiento.

Visualización

Dedica tiempo a visualizar tus logros y metas alcanzadas. Imagina cómo te sentirías al lograr tus objetivos y cómo disfrutarías de ellos.

Esperamos que estos ejercicios para mejorar cómo trabajar el merecimiento te sean de ayuda y que poco a poco vayas sintiéndote más dueña de tus creencias y alcances una forma de tratarte más sana y compasiva contigo.

Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.

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El contenido ha sido redactado con fines divulgativos, en ningún caso puede sustituir la valoración de un profesional. El artículo ha sido revisado por el equipo de redacción clínica.

Artículo escrito y revisado por Beatriz Pujante | Graduada en psicología, con nº de colegiada 27435.

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