Mindful eating: Alimentación consciente

El ritmo de vida que llevamos tan acelerado, la falta de tiempo y el estrés ha hecho que la alimentación deje de ser una prioridad o algo importante en nuestro día a día. Nos hemos acostumbrado a comer con urgencia, pero sobre todo a comer con una serie de fondo, delante del ordenador para seguir trabajando o con el móvil mientras deslizamos el dedo mirando Instagram o Tiktok. Incluso puede que ahora mismo estés leyendo este artículo mientras comes algo.

Repetir esto cada vez que comemos, no solo hará que se convierta en un hábito que con el tiempo nos cueste más trabajo romper. Si no que nos aleja enormemente de la satisfacción alimentaria del momento, y que, sin duda, acabaremos buscando más adelante también con la comida de una forma más descontrolada.

El mindful eating o comer consciente es el mejor antídoto para ello. En este artículo te contamos en qué consiste, sus beneficios y cómo ponerlo en práctica.

¿Qué es el mindful eating o la alimentación consciente?

Comer de forma atenta es una experiencia que implica a todas las partes de nuestro ser: cuerpo, corazón y mente. No solo a la hora de ingerir los alimentos, si no también cuando los elegimos y los cocinamos. Comer atentos es poner todos los sentidos sobre la mesa, nunca mejor dicho. Y dejarte embriagar por los colores, las texturas, aromas, sabores y sonidos que se producen tanto al comer como al beber.

Nos devuelve a nuestro yo más infantil y curioso que se permitía jugar con la comida, descubriendo y experimentando nuevas vivencias alimentarias y la respuesta de nuestro cuerpo y mente en torno a ellas.

Sin embargo, muchas de nuestras elecciones alimentarias se centran en la saciedad y en comer “lo correcto”. Convirtiéndose en opciones aburridas como pollo a la plancha con poco aceite y ensalada, que no nos aportan ningún tipo de satisfacción ni placer. Y que por tanto, más tarde en ese mismo día podrá derivar en un antojo de algo en particular que acabaremos comiendo de forma más descontrolada o inconscientemente.

Estar saciadas no es lo mismo que estar satisfecho.

¿Cuantos tipos de hambre existen?

El mindful eating nos enseña a escuchar los 9 tipos de hambre:

  • Hambre visual
  • Hambre de tacto
  • Hambre auditivo
  • Hambre olfativo
  • Hambre bucal
  • Hambre estomacal
  • Hambre celular
  • Hambre mental
  • Hambre del corazón

Y de este modo encontrar tanto la saciedad y la satisfacción.

mindful eating

Beneficios del mindful eating

La alimentación consciente tiene varios beneficios en nuestra salud física y mental que además han podidos ser demostrados científicamente:

  • Te ayuda a identificar las señales de hambre y saciedad
  • Obtienes mayor satisfacción alimentaria, disfrutando y saboreando
  • Mejora tu relación con la comida, practicando la flexibilidad alimentaria
  • Te sientes más empoderada, porque la comida no te domina, mejorando tu autoestima
  • Disminuyen los atracones y las ingestas impulsivas
  • Mejora tus digestiones. Al comer más despacio, tu estómago te lo agradecerá
  • Mejora la conexión con tu cuerpo y con sus necesidades
  • Aprendes a diferenciar y a aceptar el hambre física del hambre más emocional

Cómo tener una alimentación consciente

  • Lo primero de todo es cultivar la autocompasión. Parar y poner atención a nuestra alimentación suena más fácil de lo que realmente es. Y sobre todo porque también sentimos la obligación de comer perfecto y cuando no lo hacemos aparece la culpa. Dominar el comer consciente requiere de práctica y amabilidad contigo misma.
  • Antes de ponerte a cocinar, pregúntate siempre ¿Qué me apetece comer? Y ¿Cuánta hambre tengo del 1 al 10? Aquí no hay decisiones correctas o erróneas. Se trata de comenzar a escuchar a tu cuerpo y atender sus necesidades.
  • Mientras cocinas, comienza a trabajar el mindful eating. Al lavar las verduras y sentir el agua en tus manos. Cuando las pelas y troceas, escuchando el sonido del cuchillo y de como éstas crujen, o cambian de color al cocinarse.
  • Intenta comer sin distracciones (televisión, móvil u ordenador) al menos durante los primero cinco minutos. Y pregúntate como está la comida: Quizás está sosa o muy salada. Puede que caliente o fría. ¿Son alimentos crujientes o blandos?. Hacerte estas preguntas te ayudará a mantener la atención y a tener una conversación con tus sentidos. Si cierras los ojos por un segundo, ¿eres capaz de trasladarte a otro sitio? ¿Este plato de comida te ha recordado a algún lugar, persona o momento de tu vida? Permítete viajar y descubrir.
  • Cuando hayas terminado de comer también es importante que te preguntes cómo de saciada estás del 1 al 10. No confundas la saciedad con el empacho. Si aún sientes hambre, permítete comer algo más, ya sea otra ración ajustada del mismo plato o cerrar dicha comida con otro alimento como fruta, yogur, frutos secos, queso o chocolate.

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Mindful eating como forma de autocuidado

Comer es mucho más que un acto fisiológico. No solo nutrimos nuestro cuerpo si no también nuestra mente y nuestro alma. No solo buscamos el sentirnos saciadas, si no también encontrar un poquito de felicidad a la través de la comida. Hacer de ese momento un momento de disfrute, un momento de paz y de conexión contigo misma.

Y para ello no solo se trata de la elección del alimento. En mindful eating también se le da mucha importancia a la presentación. Tratarnos a nosotras mismas como nuestras propias invitadas. Poner nuestra comida en una vajilla especial, con mantelería bonita y disponer los diferentes ingredientes de una forma agradable a la vista, cuidando así el emplatado.

El acto de comer es más importante que el alimento que hay sobre la mesa.

Como hemos dicho, alimentarse es más que un acto fisiológico. Comemos también en respuesta a unos patrones culturales y sociales, hábitos familiares aprendidos, creencias establecidas y por supuesto por razones más emocionales.

La comida sacia el hambre del corazón. Llenando una necesidad que no está siendo escuchada ni atendida. Solemos comer cuando estamos cansadas, o cuando necesitamos desconectar y parar. También comemos por entretenimiento, por contacto social y por sentimiento de pertenencia. Pero sobre todo, por seguridad. Así que como reflexión final te animo a que te preguntes ¿De qué tiene hambre tu vida?

Y como dice Jean Chozen Bays en su libro Comer Atentos; “No hallaremos una satisfacción completa en la comida por deliciosa que esta sea, si no alimentamos el corazón a diario.” 

Si quieres profundizar en el mindful eating, y aprender a relacionarte de forma libre con la comida, te invitamos a que te pases por la escuela de Somos Estupendas, donde encontrarás el Taller Alimentación Consciente: Cómo mejorar la relación con la comida.

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Nutricionista compasiva e integral. Acompaña a personas con un TCA y una mala relación con la comida desde el respeto y la alimentación intuitiva. Más sobre Arancha Arias

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