No hay familia que no haya vivido un conflicto en algún punto de su historia. Los problemas familiares o conflictos entre la familia pueden surgir por diferencias de valores, malentendidos o dinámicas complejas que se han cristalizado a lo largo de los años.
Aunque cada familia es un mundo, hoy hablaremos de los conflictos familiares en términos generales, e intentaremos ayudar a todas aquellas personas que compartan el deseo de comprender un poco mejor qué está sucediendo y de transformar sus relaciones en vínculos más sanos y cercanos.
Conflictos en las familias
Empecemos por dejar claro lo obvio, y es que los problemas familiares son inevitables. Los conflictos familiares pueden aparecer por muchos motivos. En ocasiones las diferencias de personalidad o carácter generan fricciones, al igual que las expectativas que pueda haber y no se cumplan.
Una de las causas de conflicto más frecuente es la dificultad de comunicación. Cuando no hay comunicación o esta no es efectiva pueden surgir emociones de enfado, de tristeza, de abandono, etc. Si no expresamos las emociones y opiniones con conciencia y respeto los problemas pueden tomar una dimensión mucho más grande.
Con el exceso de confianza y las dinámicas preestablecidas puede que tratemos a las personas más cercanas de nuestra familia. Si es tu caso, es importante que te cuestiones por qué trato mal a la gente que quiero. Además, si las dinámicas que nombraba tienden a hacerte pensar que puedes estar en una familia tóxica esto puede amplificar los conflictos, ya que es probable que viváis en un ambiente desagradable, con constantes tensiones y estrés.
¿Cómo hacer para que los problemas familiares no te afecten?
Es difícil ignorar algo que puede estar sucediendo y doliéndote a diario. Pero con el fin de poderte proteger mejor, puedes aprender a gestionar tus emociones e interpretar lo que sucede de otra forma. Trata siempre de comunicarte de forma no agresiva, expresando tus emociones y necesidades de forma honesta, evitando culpar o tratar mal a las otras personas. Si toda la familia puede aprender a tener una comunicación no violenta promoveréis un diálogo más respetuoso y constructivo.
También te ayudará mejorar tu reconocimiento de lo que sientes, identificar las emociones. Por ejemplo, un sentimiento frecuente es la atelofobia o el miedo constante a no ser suficiente. Si identificas cuándo tienes ese pensamiento y sentimiento desagradable y cómo se intensifica te podrás conocer y cuidar mejor.
Si trabajas en la autoaceptación y en cómo mejorar la autoestima puede que veas y sientas las cosas desde un lugar más estable. Establece límites claros, sin ignorar los problemas que suceden, pero priorizando tu paz mental. Si lo necesitas toma distancia, reducir el apego hacia tus familiares para protegerte no está mal.
“Resolver problemas familiares puede fortalecer los lazos familiares, pero implica un esfuerzo consciente por parte de toda la familia”.
Ejemplos de conflictos familiares
Los problemas familiares pueden variar desde pequeños desacuerdos hasta situaciones graves que duran años. En este apartado te acompañamos a identificar algunos ejemplos de conflictos familiares:
- Disputas por herencias o bienes materiales.
- Diferencias en la crianza de los hijos, ya que puede haber ideas distintas sobre los métodos de educación.
- La falta de apoyo también puede generar conflictos.
- Choques generacionales, sobre todo en etapas como la construcción de la identidad en la adolescencia.
- Preocupaciones ante decisiones importantes o en etapas de cambio vital.
Resolución de conflictos familiares
Resolver problemas familiares puede fortalecer los lazos familiares, pero implica un esfuerzo consciente por parte de toda la familia. Deberéis aprender a escuchar activamente y practicar habilidades comunicativas. Prestad atención a lo que tengan que decir a todas las personas, comprended mejor las necesidades y preocupaciones del otro para reducir o evitar malentendidos.
Poneos en el lugar de vuestros familiares para encontrar más puntos en común y que se reduzcan los resentimientos. No se trata de que estéis de acuerdo en todo, sino de que podáis empatizar con las situaciones, emociones y perspectivas de las demás.
Entre estas técnicas de resolución de conflictos también es importante que aprendáis a poner límites de forma clara y asertiva para evitar escalar en la ira y llegar haceros daño al comunicaros de forma violenta.
Conflictos familiares en Navidad
Las navidades a veces vienen cargadas de expectativas o de espacios de compromiso familiar que pueden transformarse en una obligación y ser motivo de conflictos y mucho estrés. También puede haber recuerdos desagradables asociados a estas fechas que pongan más difícil la situación y mantener el bienestar.
Tratad de planificar con cariño las fechas navideñas, escuchando las necesidades de todas las personas de la familia. Organizad actividades con las que podáis sentir diversión y tranquilidad.
Si hay temas que son delicados o que generan conflicto, ya sea por ideología o por cuestiones personales podéis decidir qué deseáis hacer, si llegar a un acuerdo o tratar de evitar esos temas que os van a hacer sufrir.
María, forma parte del equipo de psicólogos en Barcelona, y en este podcast nos cuenta cómo gestionar los conflictos familiares en Navidad.
La convivencia familiar puede ser compleja, con lo que sintáis que es mejor y no tan bueno de vuestra propia familia. Esperamos que podáis ir aprendiendo a manejar los problemas familiares, ya que puede transformar mucho la calidad de vuestra vida y vuestras relaciones.
Fuentes:
- Gómez, L. (2020). Conflictos familiares y sus soluciones. Revista de Psicología Familiar.
- Conflictos familiares – Ayuntamiento de Madrid. (s. f.).