Trauma vicario: Qué es, síntomas y tratamiento

Escrito y revisado por Barbara Rodriguez

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Acompañar y cuidar de personas que están viviendo o han atravesado vivencias difíciles tiene un precio y muchas veces genera un desgaste profundo en quién los acompaña, sin embargo, pocas veces se reconoce el impacto que tiene escuchar y sostener el dolor ajeno de forma continuada, a este fenómeno se le conoce como trauma vicario o trauma indirecto o secundario.

El contacto prolongado con historias de abuso, dolor o violencia puede generar cambios profundos en la forma de ver el mundo, afectando al estado de ánimo, la motivación o incluso la empatía.

Es importante atender esta respuesta emocional principalmente entre cuidadoras, profesionales de la salud y de la intervención social para promover un bienestar psicológico compatible con la calidad del desempeño laboral.

¿Qué es el trauma vicario?

El trauma vicario es una respuesta emocional que aparece tras la exposición continuada al sufrimiento humano. Entre los principales perfiles afectados encontramos: psicólogas, enfermeras, trabajadoras sociales, terapeutas, voluntariado y cuidadoras.

Este tipo de trauma psicológico es un fenómeno complejo que deriva en agotamiento emocional, estrés laboral y síntomas similares a los de un trauma emocional directo, reconocerlo a tiempo es importante para buscar ayuda y recuperar el bienestar.

Síntomas del trauma secundario

Entre los síntomas de este tipo de trauma, pueden variar de una persona a otra y en cuanto al nivel de intensidad, afectando al plano físico, cognitivo y emocional:

  • Agotamiento emocional: sensación de no poder más, cansancio sostenido incluso después del descanso.
  • Cambios en el estado de ánimo: pesimismo, irritabilidad tristeza, ansiedad.
  • Dificultad para desconectar del trabajo: pensamientos intrusivos fuera del horario laboral.
  • Trastornos del sueño: insomnio y pesadillas.
  • Disociación: modo automático, desconexión emocional como forma de protección del sufrimiento.
  • Pérdida de empatía: puede sentirse indiferencia ante el dolor ajeno por desbordamiento.
  • Síntomas físicos: dolores de cabeza, contracturas, problemas digestivos…

Atender a las señales a tiempo y buscar ayuda si los síntomas persisten es clave para que las secuelas del trauma no se agraven y mantener la vocación de servicio sin poner en riesgo nuestra salud y bienestar.

trauma vicario que es

Diferencias entre trauma vicario y fatiga por compasión

Los conceptos de trauma vicario y fatiga por compasión tienen en común que ambos nacen del contacto directo y constante con el sufrimiento humano, pero no son términos sinónimos:

El trauma secundario implica una transformación emocional interna provocada por la exposición al dolor ajeno, desarrollando síntomas similares a los de un trauma directo. Se trata de un cambio profundo en la manera de ver el mundo y conectar con la vida.

Sin embargo, Figley (1995) asocia la fatiga por compasión al cansancio de cuidar de los demás y empatizar con los mismos, está más relacionada con el síndrome del cuidador.

La principal diferencia radica en que no conlleva reexperimentación de la vivencia traumática a diferencia del trauma secundario.

Podemos decir que la fatiga por compasión se trata de agotamiento emocional mientras que el trauma vicario es un proceso más complejo con impacto psicológico profundo y duradero.

Tratamiento del trauma vicario

Superar un trauma psicológico de este tipo requiere de mucho autocuidado, apoyo profesional y cambios en la forma de relacionarse con el dolor ajeno. El proceso puede ser desafiante pero necesario para recuperar la estabilidad emocional y superar la situación.

Una psicóloga online o presencial especializada en trauma puede ayudarte a procesar las emociones, integrar la experiencia, cuestionar los pensamientos distorsionados y a establecer limites saludables en el ámbito relacional.

El descanso suele ser fundamental para acompañar el proceso de recuperación, lo que implica: respetar los tiempos de ocio y desconexión digital, mantener el contacto con lo natural, practicar ejercicio y mantener unos buenos hábitos de alimentación y sueño.

Rodearse de personas que comprendan la situación, compartir tus emociones con compañeras de confianza también reduce la carga emocional. La supervisión o la terapia grupal también pueden ser recursos valiosos que permiten reflexionar y liberar sobrecarga.

Recuerda que cuidar de ti misma es la mejor forma de cuidar de los demás, es importante reconectar con el propósito de ayuda dotándolo de sentido desde un lugar más horizontal y con una mirada más equilibrada y serena.

Atender las señales de agotamiento y estrés permiten prevenir consecuencias más graves y mantener la vocación sin perder la salud mental.  

Referencias

Figley, C. R. (1995). Compassion fatigue: Coping with secondary traumatic stress disorder in those who treat the traumatized. Brunner/Mazel.

Pearlman, L. A., & Saakvitne, K. W. (1995). Trauma and the therapist: Countertransference and vicarious traumatization in psychotherapy with incest survivors. W. W. Norton & Company.

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El contenido ha sido redactado con fines divulgativos, en ningún caso puede sustituir la valoración de un profesional. El artículo ha sido revisado por el equipo de redacción clínica.

Artículo escrito y revisado por | Graduada en Psicología, con n.º de colegiada T-04419. 10 años de experiencia como psicóloga general sanitaria y técnica integral de acompañamiento a la inserción sociolaboral de personas en situación de vulnerabilidad.

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