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Hola bonitas y bienvenidas un domingo más al Podcast de Somos Estupendas. Empezamos la nueva temporada con Eugènia, psicóloga del equipo de psicólogas de Barcelona, en la que nos va a hablar de la responsabilidad afectiva.
Hablaremos del significado de esta actitud tan necesaria para muchas cosas en nuestra vida, y sobre qué es recomendable hacer y que no en las relaciones para que sean sanas y equilibradas.
Qué es la responsabilidad afectiva
El concepto de responsabilidad afectiva se origina durante los años 80, vinculado a las relaciones poliamorosas. La responsabilidad afectiva pone énfasis en los cuidados y atender emocionalmente a las necesidades en la pareja, teniendo en cuenta que en las relaciones poliamorosas no hay reglas preestablecidas que cumplir.
Esto no quiere decir que en las relaciones monĂłgamas no tenga que haber o no haya responsabilidad afectiva. La responsabilidad afectiva debe aplicarse en cualquier tipo de relaciĂłn. A fin de cuentas, no deseamos herir a quien queremos.
La responsabilidad afectiva es la base para construir unas relaciones sanas.
Nuestras conductas, creencias y valores pueden tener impacto en nuestros vĂnculos afectivos. Por lo tanto, debemos aprender a recoger y acompañar las heridas que puedan haberse causado en la relaciĂłn. Se trata de una forma de ser y estar con nuestros vĂnculos. Tener responsabilidad afectiva es respetarse y cuidarse a una misma y a la otra persona en las relaciones.
Responsabilidad afectiva en la pareja
En la sociedad en la que vivimos, han proliferado las relaciones de usar y tirar. Nos cansamos con frecuencia de los vĂnculos que establecemos. Todo va rápido y superficial y es fácil tener encuentros sexuales a travĂ©s de diferentes aplicaciones.
En ocasiones se pierden de vista los cuidados. Los espacios digitales en ocasiones sirven de recurso para deshumanizar a las personas con las que interactuamos, por lo que se ha convertido en tarea muy fácil el desaparecer o bloquear a alguien cuando no nos interesa.
“Estamos pasando de tener relaciones a consumir relaciones”
Que es no tener responsabilidad afectiva
Conocer nuestros sentimientos y comunicarlos no es tarea fácil. Es complejo y no debe darse solo en pareja. Puede que estés teniendo una conducta irresponsable de forma consciente o sin querer.
Tener responsabilidad afectiva es de gran importancia para generar bienestar en nuestra vida. La irresponsabilidad puede llevar a mucha frustraciĂłn, inseguridades y baja autoestima. AquĂ os dejamos algunos ejemplos de lo que hay que evitar:
- Fluir: que no os engañe esta palabra tan maravillosa. Fluir está bien, está genial, deja flotar y creces las emociones, el vĂnculo, es una sensaciĂłn fantástica. Pero si en el viaje de fluir sentĂs que algo no va bien, dolor, emociones desagradables… tenĂ©is que poderlo comunicar y ponerle nombre. Si manifiestas tu necesidad y la respuesta de la otra persona es algo asĂ como “no le des tantas vueltas” o “mejor nos dejamos llevar”… te está invalidando. Fluir no es suficiente para mantener una buena relaciĂłn.
- Desaparecer: hacer ghosting o mantener una interacciĂłn sin estar realmente presente y atender a la relaciĂłn es un acto tremendamente irresponsable. Genera en la otra persona muchĂsima incertidumbre y sentimiento de culpa por si está haciendo algo mal para merecerlo.
- Ocultar tus emociones para proteger a la otra persona: a veces pensamos que lo mejor es callar para no hacer daño, pero estamos perdiendo una oportunidad de que la relaciĂłn crezca y de comprender cĂłmo te sientes o se siente tu vĂnculo.
- Culpar a la otra persona de tus emociones: nuestros sentimientos hablan de qué inseguridades hay dentro de nosotras. Ojo que no estamos hablando de relaciones en las que existen conductas nocivas o violencia de género. A veces hay cosas que nos duelen que no tienen que ver con que nuestra pareja se haya equivocado, sino con nuestros propios miedos. Revisa y hazte cargo de lo que es tuyo, asà como la otra persona se hará cargo de sus emociones y podréis escucharos y acompañaros sin volcaros nada.
Responsabilidad afectiva también es preguntar a tus amistades cómo están y desear escuchar lo que necesitan explicar.
CĂłmo tener responsabilidad afectiva
Ten en cuenta que tu pareja no podrá cubrir todas tus necesidades. Es humanamente imposible que esa persona tenga todo y se ajuste a todo lo que tú deseas o quieres. Tampoco significa que tengas que aceptar todo de tu pareja y olvidarte de tus necesidades. Simplemente que seas consciente de ello.
Partiendo de aquĂ, te proponemos algunas cosas que puedes empezar a aplicar en tus relaciones para tener una buena responsabilidad afectiva y darle la importancia que merece:
- Mantener una comunicación honesta y respetuosa: no debemos esperar que la otra persona adivine lo que pensamos y cómo nos sentimos. Es imposible que nos lean el pensamiento y lo que para ti puede ser una situación obvia, quizá para la otra persona no lo es. Démosle la oportunidad de conocer cómo nos estamos sintiendo y que dé una respuesta.
- Atender a los lĂmites: los lĂmites son imprescindibles en todas las relaciones, pero es imposible tener siempre todo preestablecido y haber pensado en todos los escenarios posibles. Además, una parte bonita de disfrutar nuestras relaciones es precisamente el dejarse llevar y conectar con la emociĂłn, por lo que no siempre lo tendremos todo atado y está bien. Pese a eso, es un trabajo importante el que os podáis ir escuchando y trazando aquellos lĂmites que necesitĂ©is.
- Establecer y cumplir los acuerdos: cuando cada persona ha podido trabajar en sus lĂmites, llevándolos a la pareja de forma clara y consciente, será más fácil que no os hagáis daño innecesario.
- No temer el conflicto: es muy frecuente que nuestras conductas vayan dirigidas siempre a evitar el conflicto. Pero el conflicto es inevitable. Con el tiempo pasarán cosas que no os gustarán o que será necesario sentarse a charlar con calma. Tener una buena comunicación y tratar los conflictos con respeto es una habilidad básica que os ayudará a que la relación se haga más fuerte y estable.
- Validar las emociones de la otra persona: intenta no acallar las emociones de la persona. Evita decir cosas como: “por quĂ© no haces esto”, “yo de ti lo que harĂa es”, “pasa del tema”, “tranquilĂzate”… Ten en cuenta que nadie puede elegir a la carta cĂłmo sentirse, asĂ que trata de que tus mensajes acompañen y respeten las emociones del resto.
- Trabajar en mejorar tu empatĂa: tener una actitud empática facilitará vuestra comunicaciĂłn, os acercará más y reducirá las exigencias y expectativas imposibles que en la relaciĂłn.
Responsabilidad afectiva también es no hacer cargar con las tareas domésticas a tu pareja, compañerxs o familia mientras te desentiendes.
Ejemplos de responsabilidad afectiva
Cuando tenemos nuestras habilidades sociales trabajadas podemos empezar a establecer relaciones sanas a través de la responsabilidad afectiva. Aquà tenéis algunos ejemplos de responsabilidad afectiva que muestran la importancia de practicarla:
Romper la relaciĂłn
SĂ, como lo lees. Romper con una persona (con cualquier tipo de vĂnculo) puede ser el acto de más amor y respeto que puedas tener en tu relaciĂłn. A veces, no somos capaces de escucharnos o de observar que os estáis haciendo daño con esa relaciĂłn. La responsabilidad afectiva pasa a veces por tomar decisiones que son desagradables o pueden parecer contradictorias, pero que en el fondo cuidan a ambas partes y son la mejor opciĂłn para garantizar vuestro bienestar.
Buscar el equilibrio
Tener en cuenta tus necesidades a nivel individual, pero sin dejar de atender a la otra persona. Pero tambiĂ©n se trata de no volcarte completamente en la otra persona. Y que estos cuidados sean mutuos. La responsabilidad afectiva tambiĂ©n es hacia una misma, debemos hacernos responsables de nuestras necesidades, manifestarlas, encontrar la forma de hacer encajar esas necesidades con las de tu vĂnculo.
Mucha, mucha comunicaciĂłn
Cada relaciĂłn, cada vĂnculo, cada interacciĂłn con tu entorno será diferente. Solo comunicándoos conseguirĂ©is que la relaciĂłn crezca y sea un lugar donde podáis sentir confianza, seguridad y amor sano.
Además, la comunicación debe ser asertiva: ser capaz de afrontar conflictos no significa que tengamos que hacerlo de una forma agresiva o poco considerada (bajo la bandera de la honestidad). Utilizando la asertividad nos comunicaremos de una forma clara, amable y respetuosa con tu integridad y con la de la otra persona.
«El amor no es esencialmente una relaciĂłn con una persona especĂfica; es una actitud, una orientaciĂłn del carácter que determina el tipo de relaciĂłn de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso».
Erich Fromm
Como siempre, gracias por acompañarnos una semana más, nos escuchamos el próximo domingo. Gracias también por vuestras puntuaciones y comentarios en Spotify y en Itunes, eso nos ayuda a crecer.
Me ha encantado
Muy recomendable. Gracias por vuestro esfuerzo. ❤️
¡Muchas gracias, Sonia! 💖 Nos alegramos mucho de que te haya gustado, un abrazo enorme.