Terrores nocturnos: Qué son y qué podemos hacer

La crianza es una etapa muy bonita para quienes la desean experimentar pero es justo también verbalizar que puede ser compleja en la que muchos padres y madres sufren los famosos terrores nocturnos, por eso, aquí te vamos a contar sobre qué son y qué podemos hacer al respecto.

Trataremos este tema para añadir un poquito de luz si te encuentras en ese momento en el que no los entiendes, no sabes muy bien cómo gestionarlos y en ocasiones te llega a desesperar.

¿Nos lees? allá vamos.

¿Qué son los terrores nocturnos?

Entre un 1 y un 6 % de población infantil sufre de terrores nocturnos pero… ¿qué es eso? aunque su nombre nos pueda dar una pista, los terrores nocturnos son un tipo de trastornos del sueño, concretamente se denominan parasomnias.

Las parasomnias se caracterizan por la aparición de conductas explosivas de carácter anómalo (no son congruentes) y que se originan durante el periodo del sueño.

Dichas conductas anómalas se conforman de episodios recurrentes de despertares bruscos, producidos durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y que conlleva una gran sensación de angustia, la cual, suele exteriorizarse con gritos intensos y acompañados de agitación psicomotriz.

terrores nocturnos

Terrores nocturnos en niños, ¿qué podemos hacer?

Los terrores nocturnos afectan aproximadamente a un 40% de la población infantil, entre los 4 y 10 años. El porcentaje es significativamente menor en los adultos. Aunque resulta muy llamativo la incidencia de los terrores nocturnos en los niños, éstos lo superan generalmente antes de entrar en la adolescencia.

Esta alteración del sueño también es conocida como los ‘miedos del sueño’ y en los niños se produce en la fase del sueño No Rem y se manifiesta con gritos escandalosos, sollozos, sudoración y agitación psicomotriz.

Cuando los terrores nocturnos ocurren es importante no perder la calma ni entrar en pánico. No se trata de una enfermedad sino una consecuencia de una alteración en el sistema nervioso central.

Como se ha comentado anteriormente, aunque es una etapa pasajera, consideramos necesario saber y tener en consideración algunas pautas sobre qué hacer ante los terrores nocturnos.

– Inducir a la relajación

Es necesario que para disminuir los episodios de terrores nocturnos, los papás puedan inducir a la relajación a sus pequeños, creándoles rutinas que favorezcan un clima tranquilo y sosegado antes de dormir.

– Evitar la sobreestimulación

Se aconseja evitar que los menores se acuesten tarde y que estén sobreestimulados, bien por tener demasiado ajetreo o por desregularización debido al cansancio y haberse saltado las rutinas de sueño.

Cuando los niños se van a la cama deprisa y corriendo o sin haber tenido un momento previo de tranquilidad, pueden acostarse con ciertos niveles de ansiedad que pueden intervenir en la conciliación del sueño y en la aparición de parasomnias.

– No perder la paciencia

Padres y madres de todo el Mundo… ¡no perdáis la paciencia! Intentar aportar tranquilidad y seguridad cuando ocurra un terror nocturno.

Paciencia y calma serán tus mejores aliados para ayudar a tu hijo a calmarse también y volver a recuperar el sueño de una manera óptima. Si tu pequeño se encuentra con mucha agitación motriz es aconsejable que permanezcas a su lado para aportarle seguridad y así evitar que se haga daño así mismo sin querer.

Terrores nocturnos en bebés

El sueño en los bebés va evolucionando y madurando a la vez que su propio proceso evolutivo de crecimiento, teniendo así, etapas en las que duermen mejor y otras en las que no parecen conciliarlo bien.

Encontrarnos con despertares nocturnos, regresiones de sueño o con los famosos terrores nocturnos es algo que aunque genere alarma, entra dentro de la norma y que con el tiempo y una buena gestión, desaparecerá.

Los terrores nocturnos en bebés ocurren cuando el bebé se pone a llorar de manera desconsolada, produce gritos alarmantes y ejecuta movimientos bruscos que resultan imposibles de calmar. Puede parecerte que esté despierto pero no, está en un estado de adormecimiento.

Todo esto puede ocurrir de un momento a otro, generalmente en la mitad de la noche (alcanzando la fase No Rem), desapareciendo también de una manera repentina, volviendo el menor a conciliar el sueño y no teniendo recuerdos de ello.

Tratamiento para los terrores nocturnos

Antes que hablar sobre el tratamiento para los terrores nocturnos, es necesario que sepas que no hay evidencia científica de asociación entre terrores nocturnos con el padecimiento de trastornos psicológicos.

Lo que sí que hay son diversos factores que pueden llegar a favorecer la aparición de los terrores nocturnos, como son:

  • La existencia de fiebres elevadas
  • Estar bajo un contexto que genere estrés
  • Transitar por periodos de conflicto emocional (por ejemplo; separación o duelos)
  • Que se produzcan interrupciones en el sueño
  • Tener una mala rutina e higiene del sueño
  • Padecer de dolores de cabeza intensos y recurrentes
  • Otras consideraciones mayores como consumo de medicamentos, abuso de sustancias, lesiones craneales, etc

Una vez dicho esto…. ¡Tenemos la solución! y sí, lo que vas a leer a continuación es algo que aparentemente es sencillo de realizar pero no siempre se lleva a cabo adecuadamente.

No hay un tratamiento de los terrores nocturnos concreto sino que se tiene que tener en cuenta la idiosincrasia del caso para poder trazar un plan de actuación personalizado.

Coge papel y boli.

1. Valorar en profundidad la idiosincrasia del caso

Lo primero de todo es realizar una buena valoración del caso para poder conocer en profundidad qué es lo que ocurre, cuándo ocurre y posibles desencadenantes.

Una vez realizada la valoración se podrán modificar ciertas conductas e implementar otras nuevas.

2. Establecer unos buenos hábitos de higiene de sueño

Resulta una obviedad pero la gran mayoría de las dificultades que se originan en el sueño se ven afectadas por no tener una buena rutina de sueño, por ello, es imprescindible tener unos buenos hábitos de higiene de sueño.

Sería aconsejable llevar a cabo una crianza respetuosa en la que se tengan en consideración las necesidades de los más pequeños y también se establezcan rutinas que no sólo las haga el menor sino que la familia también pueda hacerlas, para que el clima familiar sea lo más favorecedor posible, eliminando estresores y añadiendo calma.

3. Psicoterapia para la gestión emocional

La psicoterapia siempre es una buena opción cuando se necesita ayuda externa y acompañamiento para que la gestión emocional pueda realizarse de una manera óptima.

Es normal que ante situaciones complejas y en las que se añade la incertidumbre de cuándo pasará, pueda generarse un batiburrillo de emociones como; miedo, tristeza y desesperanza. Por ello, es recomendable poder acudir a un profesional que te pueda orientar y ayudar a gestionar las emociones que pueden despertarse en los papás y mamás.

4. Psicofármacos

Aunque no es algo común y rara vez se utilizan los psicofármacos para tratar los terrores nocturnos, si el caso fuese complejo o tuviese una dificultad añadida, el uso de benzodiazepinas y de antidepresivos pueden resultar eficaces.

Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos

Una de las dudas más comunes que surgen cuando ocurren los terrores nocturnos es diferenciarlos de las pesadillas, por eso, a continuación te contamos las principales diferencias:

  • En función de la fase del sueño: En los terrores nocturnos diferencia de las pesadillas, aparecen en el sueño profundo y no durante las fases REM.
  • En función de la temática: Las pesadillas se caracterizan por ser sueños perturbadores relacionados con sentimientos desagradables, angustia y malestar. Las personas que tienen pesadillas pueden recordar la historia de la misma y saber si tiene algo de relación con su vida o no. En contraposición, los terrores nocturnos, no tienen una temática vivencial que el menor pueda verbalizar, sino algo muy bizarro y difuso.
  • En función de los despertares: En los terrores nocturnos el peque no suele despertarse y lo aconsejable sería que los padres tampoco hagan por despertarle de manera brusca. En el caso de que se despierte, lo hace de una manera confusa. En las pesadillas pueden despertarse o no, dependiendo de la temática de la misma.
  • En función de la memoria: En los terrores nocturnos generalmente no se recuerda el episodio cuando se despiertan a diferencia de las pesadillas que pueden recordarse y tener la vivencia de la misma como un relato real.

En resumidas cuentas, lo más importante cuando ocurren los terrores nocturnos es que los papás y mamás no os preocupéis sino que os ocupéis de la situación, ofreciéndole amor, atención, acompañamiento, calma y sosiego al menor.

Psicóloga especializada en el área de infanto-juvenil y en psicología forense, en constante reciclaje y formación para poder ofrecer lo mejor de ella misma. Más sobre Patricia Fernández

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